miércoles, 31 de agosto de 2011

S22

Quiero despertar y ver que sigues aquí, a mi lado, con esa sonrisa que hace que no quiera ir a ningún lugar en el que no pueda encontrarla. Quiero esos ojos verdes mirando como sonrío, como bailo, como lloro, como hablo... Mirándome, solo a mi.
Quiero poder besarte cada vez que te vea, abrazarte y sentirme pequeñita, sentir que no quiero que ese abrazo no se deshaga nunca. Quiero esa llamada nocturna en la que nunca quieres colgar, en las que quiero quedarme dormida mientras hablo contigo para sentirte a mi lado.
Quiero que creas en ti tanto como lo hago yo, o tanto como crees en mi; que te sientas capaz de todo, que nada te supera. Que creas que puedes tan firmemente como crees que yo podría ser lo que sueño. Que defiendas tu sueño por encima de todo, aunque tengas que irte lejos de mi. Quiero que seas feliz.
Te quiero a ti, con tu sonrisa y tus lágrimas, con la forma en la que me miras y los ojos cerrados para soñar.
Quiero todas nuestras cosas.
Quiero una letra y un número; S22.

viernes, 26 de agosto de 2011

Ahora llora sola...

Todo por culpa de cualquiera que quiera hacerle daño, es débil por mucha fuerza que aparente. Ahora intentará ahogar sus penas en esa botella de cristal rellena de alcohol barato. Ahora que lo único que quiere es dormir, desaparecer y que nadie sepa nada de ella. Una noche de esas en las que llueve dentro, en las que la tormenta hace que el interior se desborde y el agua se escape por los ojos...
Y siento que se me están acabando las palabras, que ya ni siquiera sé en que orden teclear para poder expulsar lo que está pasando dentro...

Cosas.

Siempre es la misma historia, siempre son las mismas cosas de siempre...Cosas  a las que no me acostumbro, ni creo que tenga que soportar. Que creo que hay un punto medio entre no hablarle y llamarlo constantemente cuando está con su pareja... Pero un día tendrán ellos pareja y seré yo quien llame constantemente... No podéis vivir sin él,  pero yo no tengo que soportar cada cinco minutos una llamada nueva...

viernes, 19 de agosto de 2011

¿En quién puedo confiar?


Si hasta tú me has fallado; tú, que se suponía que nunca ibas a traicionarme... Tú, que se supone que me quieres más que nadie, y más que a nada; que estoy aparte del resto del mundo en tu vida...
¿Por qué? Será que no eres tan distinto,  o será que yo no soy tan diferente para ti. 
Ahora ya nunca podrás pedirme nada, no puedes negarme que ellos son más  importantes... ¿Y mi sonrisa? Digamos que se terminó en cuanto pude ver las palabras que te confié en boca de alguien que no tenía que saberlo.


Esto es solo un poco de cómo me siento.

martes, 16 de agosto de 2011

Si buscas la paz te perseguirá la guerra


Y  como si se tratara de un libro de los que lees y dejas en el olvido, Sam olvidó todo lo que Oriane sentía por él, todo lo que había dejado por él…Olvidó que ella renunció a su sueño por quedarse un poco más a su lado, que renunció a muchas cosas por no perderle.  Y la historia en la que Oriane era feliz, en la que la querían y la llenaban de besos cada mañana al despertar en esa casa andaluza perdía parte de la magia que Sam recibía de esos ojos almendrados… Y ahora no sabía qué hacer, habría dado su vida por él si fuese necesario y estaba segura de que Sam también la hubiese dado por ella; aunque ahora lo dudase. Se sentía tan estúpida, tan idiota por llorar cada vez que el llegaba más de 15 minutos tarde, o cuando esperaba una llamada que no llegaba nunca… Tal vez debería empezar a aceptar que no era quien dejaría todo para que ella se sintiese mejor, que era de los que lo soluciona todo con palabras que endulzaran los oídos de ella para que se le pasase sin darse cuenta que, en el momento en el que su coche doblase la esquina de la calle, Oriane volvería a ponerse sería y a no entender porqué Sam estaba a su lado si no se sentía a gusto. No entendía que se pusiese tan nervioso si se quedaban a solas, que necesitara que hubiese alguien más con ellos.
Miénteme, pedía una y otra vez la figura femenina, pedía a Sam que le mintiese y le repitiese eso de que quitaba todas las cabezas de caza de su pared para pintarla del color de su sonrisa… Porque por más que él le repetía que no quería que se fuese, que le suplicara que no lo dejase solo, Oriane ya no recibía lo que antes los ojos verdes le daban; cada vez sentía menos afecto por parte de quien amaba. Pero es una mujer fuerte, y callada. Ella sabe salir de sus problemas sola y no iba a decirle nada a Sam, porque entonces él se sentiría mal y trataría de negárselo  inventando mil formas para que a Oriane se le pasara…Ella quería que se diese cuenta él solito, aunque cada hora que pasaba la esperanza porque esto ocurriera iba escapándose del alma de la dulce niña. El único resquicio de esperanza que le quedaba a su maltratado corazón en el pasado, era que en sus vacaciones todo se solucionara.
Cuanto más intentaba Oriane que todo fuese bien, peor iba todo. Más sentía que estaba echando al único hombre que se atrevió a quererla y aceptarla. Y es que, si buscas la paz te perseguirá la guerra.

viernes, 5 de agosto de 2011

Escribir.

La gente no suele darse cuenta que cuando escribe dice mucho más de si misma de lo que creen, decimos cosas que ni siquiera nosotros sabemos que pasan dentro; entre la piel y el alma.
Podemos escribir palabra tras palabras pensando que nada habla de nosotros, podemos intentar que no se note que ese personaje que hemos creado somos nosotros y que siente lo que realmente sentimos...
Queremos ocultar y seguir negándonos tantas cosas...pero un día alguien lee algo que has escrito, intentando hacer ficción, y se da cuenta de lo que sientes...
Un día tu pareja te sorprende enviándote un texto, y es cuando te das cuenta de que realmente todo lo que esta viviendo contigo querría vivirlo con ella... Y tú te sientes idiota.

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...