jueves, 30 de diciembre de 2010

Beso.

-¿Qué pasaría si intentara besarte?
-Siempre he pensado que esas cosas no hay que preguntarlas, si quieres saber que pasaría inténtalo...-Respondió ella, que deseaba que esa noche pasase algo entre los dos.
-Vamos a sentarnos allí.-Se fueron y se sentaron en la plazoleta en la que se besaron por primera vez...donde ella lo besó. Estuvieron hablando mucho tiempo y ella se daba cuenta de que cada vez estaban más cerca el uno del otro. Oriane empezaba a ponerse nerviosa y no podía evitar mirar la boca de Lucas...
-Si vas a besarme...Hazlo ya. Si no, vamos a donde está todo el mundo ...
La besó, pero ese beso hizo que ella sintiese algo dentro que ningún beso había conseguido...
Volvieron y a unos 20 metros del grupo de amigos de cada uno Oriane se paró, se pintó los labios de rojo otra vez, lo miró, sonrió y le limpio los restos de barra de labios.
-Si llegas con los labios con restos rojos y yo sin pintar Raquel se dará cuenta y tú no quieres eso...


A pesar de que era él quien la había besado y tenía pareja fue ella quien se preocupó de que Raquel no se enterara...Quería que él fuese feliz. Ahora Lucas tendría que decidir qué iba a hacer.

martes, 21 de diciembre de 2010

El Diciembre de Oriane,

¿Y será que llueve y siempre que llueve pienso más de la cuenta en lo que nunca quiero pensar?
Pero nunca entenderé que tiene Diciembre...Mi mágico Diciembre...
Un mes que siempre consigue llenarme de esa magia de sonreír por sonreír, de sentir que me vas a llamar otra vez y vas a volver a decir las palabras mágicas que consiguen que yo me olvide de cada mal rato. Y magistralmente consigues dibujar mi sonrisa de tonta en unos ojos que justo antes estaba llorando como si fueses un ilusionista. Sí, eso es. Un ilusionista...Apareces y desapareces sin que nadie sea nada, cambias mi percepción del mundo, haces que crea el castillo que montas a nuestro al rededor...
Sé que se acabará, que un día Diciembre dejará de ser mágico porque tú dejarás de recordarme...o yo dejaré de recordar los buenos momentos...pasará a la historia como el Diciembre más tonto, cariños, revoltoso y agresivo de dos personas...



Oriane.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Pregunta.

¿Cómo crees que puedes vencer a su mirada, esa mirada que siempre se girará en el momento que los ojos quieran derramar las lágrimas de todo este tiempo, si por más noches de desasosiego que le causaste sigue entregándotela solo a ti?

lunes, 6 de diciembre de 2010

lunes, 29 de noviembre de 2010

Sorpresa.

A pesar de que no tiene sentido que haga esto, lo hago. Porque me gusta, porque me apetece..por lo que sea, no tengo que explicárselo a nadie. Es mi cuento, es mi forma de no dejar las cosas buenas que quedan en mi.
Y es que es algo para ti, es un rato mio que dedico a pensar en todo lo que hemos vivido.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Denis.

Denis es un chico que siempre vivió en el barrio de Oriane, pero por desgracia ellos no se conocieron hasta dos meses antes de que él tuviese que irse a Cantabria a trabajar como fontanero.

Siempre tiene aspecto desaliñado, pero en realidad da a su imagen el mismo tiempo que Oriane; que no es poco. Se autodefine como feo, pero si le preguntas a ella te dirá que es el más lindo que conoce; es su moreno.

Físicamente es común: alto, pelo rizado que se sujeta a un cintillo, para dejar que sus ojos verdes puedan mirar a Oriane y decirle lo buena que está, tiene una bonita sonrisa que el acero parte en dos. Sonrisa, eso es lo que provoca en Oriane cuando piensa en él, cuando discuten sobre sus aspectos, o cuando, simplemente, hablan mientras pasan la tarde ante una pantalla azul.

Pensaba en Oriane como alguien ideal, del mismo modo que ella en él. Sabía que Oriane no era una niña típica pegajosa, y tal vez fuese eso lo que la hacía tan especial para él; eso y que era como un caramelo que alguien le daba y le quitaba constantemente.

Le gustaba la fiesta con su gente, viajar y las serpientes. Lo mejor de las fiestas en su sitio era que sabía que en cualquier momento aparecería ella, con un vestido que enseñara casi toda su pierna pero nada de su escote, y que los tacones a juegos saldrían a correr en busca de un abrazo que por supuesto encontraría en aquellos desaliñados ojos verdes.

Tenían cosas solo de ellos: tenían "Morena mía", a los canis del barrio, discusiones tontas abrazos porque sí, vídeo-llamadas cada tarde, tenían que casarse,, tenían quererse (aunque tal vez no e quisieran del mismo modo), tenían lavar el coche juntos, una pelea pendiente, que visitarse, paseos por el centro, tenían horarios incompatibles que compatibilizaban. Pero sobre todas las cosas, lo dos tenían la ilusión de ser viejos y seguir teniendo todo aquello.

Denis no es como los demás tíos que Oriane conoce, él la veía como mucho más que alguien con quien pasar la noche. Para él ella merecía más que nadie que la quisieran. Él creía que Oriane nunca se daría cuenta de lo que siente por ella,, pero tal vez su morena ya lo supiese y no le dice nada por miedo a perderle...

A los ojos de Oriane él tampoco era como los demás; Denis era el único que ella sentía capaz de hacerla feliz, pero no podía decírselo a nadie, ni tampoco podía pedirle que lo intentara porque no se sentía con fuerzas de dejarse querer y dar algo a cambio de toda la felicidad que le aportaría tenerlo a su lado.

Y es que es normal que a Orine le encante estar con Denis, porque es como si todos sus problemas no existieran y solo estuviesen ellos dos en el mundo.

Cantabria. (Final)

-Te echo de menos, cariño-Dijo Oriane tras dar un abrazo, de al menos un minuto, sin haber dicho nada.
-Ahora no es el momento de echar de menos-Contestó Denis sonriendo mientras la abrazaba de nuevo.
-Fuuúh, pero te veo un rato y ya...Joé! Que yo quiero que te quedes conmigo, aquí o allí, pero conmigo.
-¿Crees que yo no prefiero tenerte aquí? Sabes que me ha encantado está semana  aunque algunas cosas...Pero bueno, eso no importa. Porque yo lo entiendo, Oriane, por eso no te he dicho nada y ni siquiera me he enfadado.
-Yo...yo, si hubiese estado bien no lo habría hecho...Yo...-Denis la cortó antes de que ella pudiese sentirse peor.
-He dicho que no pasa nada, de verdad. No le des más vueltas.

Oriane, con las mismas lágrimas que cuando era él quien se iba, lo abrazó de nuevo. Fue entonces cuando Aleixo, que estaba sentado en un banco de la estación, se levantó y con cara de pocos amigos se acercó a ellos.

-Al final perderemos el autobús con la tontería.

Oriane se giró dedicándole una mueca nada agradable, que le hizo entender que estaba fuera de lugar la aspereza con la que había pronunciado las palabras.

-Aleixo tiene razón, cielo. Coje el autobú que como te quedes más tiempo la gente pensará que te tengo secuestrada o algo así.
-Te llamo cuando llegue, ¿vale?
-Dame un toque y yo te llamo.

Aleixo le dio la mano a modo de despedida con algo de arrogancia., Oriane por su parte lo abrazó fuerte y le dijo bajito: "Te quiero".

Denis se quedó en el andén hasta que el aautobús se alejo de él, y también Oriane; su morena. Cuando se giró algo sonó en su bolsillo: "Volveré pronto, te lo prometo" era un mensaje de Oriane, seguido de las amenazantes palabras de Aleixo "Déjala en paz, es mía."

Cantabria. (Parte III)

Sin decir nada más Oriane salió de la casa y Aleixo la siguió. Fueron a comprar comida para Oriane y después a la playa; ella quería ir Aleixo pretendía conseguir de ella todo cuanto quisiese, como había hecho hasta ahora.
Tras una hora y media de paseo por la playa gris y solitaria, Oriane decidió que le daba pena ver como al que siempre iba a querer por mucho que le disgustara estaba pasando frío.
Una vez en casa ella se puso a pasar apuntes a limpio, y a pesar de haberse ido para estar lejos de su vida no pudo evitar conectarse a internet y mandarle mensajes a sus amigos, que le contestarían en cuanto lo vieran. Él se puso a ver la televisión, como un gran hombre de casa. Pasado un rato Oriane descubrió que él  no iba a arreglar nada de la casa, de modo que comenzó a recoger y limpiar. La verdad es que le quedó muy bien.
Cuando quiso darse cuenta era la hora de que Denis volviera a casa del trabajo, y a decir verdad se dio cuenta porque entró en el momento que ella se disponía a hacer la comida. Como es propio de ella fue corriendo a darle un abrazo, él le respondió al abrazo sin ningún tipo de reproche.
Oriane se pasó los días estudiando hasta que llegaba Denis, ignorando cada vez que Aleixo le pedía un beso, intentando que su corazón no se acelerara cuando él la abrazaba...Ella había ido hasta allí para estar con Denis y se había encontrado con tener que esquivar a Aleixo cada hora del día, soportando la discusión de cada noche porque ella dormía con Denis y no con él.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Cantabria. (Parte II)

Oriane se hizo el desayuno: tostadas con mermelada de arándanos y un capuchino. Y justo cuando metió las cosas en el lavavajillas Aleixo apareció agarrándose a su cintura y besando su cuello, bruscamente ella deshizo el nudo que jalaba de su cuerpo con dulzura.

-¿Vas a decirme qué te pasa o no?
-Que esto no es normal, y que así es como yo soy. No puedo dejar que me quieran, no puedo depender de un tío. Yo no soy cariñosa.
-Sí lo eres. No lo serás como pareja porque como amiga cualquiera se libra de tus achuchones espontáneos.
-Pero las personas cambiamos según el contexto.
-Ah...¿Y cuál es el contexto ahora?
-Para mí eres un extraño, hace tiempo que empecé a creer que no te conozco; y te lo dije. Te dije que no te conocía y que no era justo, porque tú siempre has sabido de mi cuanto has querido.
-Me conoces más de lo que piensas...Seguro que si te preguntan sobre mí sabes contestar a cualquier cosa.
-Pero ¿por qué no entiendes que esto no es natural, qué lo natural es que nos peleemos y no hablemos?
-Porque lo natural entre dos personas que se quieren es esto.
-...Yo no veo a dos personas que se quieran...Veo a dos personas que quieren ser más fuerte que el destino.
-¿No me quieres?
-Te quiero, pero por costumbre. Y tú ahora me quieres porque yo empiezo a rehacer mi vida, porque empiezo a querer a otras personas.
-Eso no es verdad...no quieres a Denis...
-A quién yo quiera o no, depende de la vida...Y la verdad es que la he cagado dejando que esto pasara...
-¿Quieres que me vaya?
-Yo no he dicho eso...Es tú amigo también y no tienes que irte porque haya pasado algo que no debería...
-No he venido por él, Oriane,, y lo sabes.
-...Pues deberías pensar más en tus amigos y un poco menos en follar.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Enredo.

Corría el otoño de sus veinte años cuando sin ni siquiera esperarlo Oriane se vio envuelta en una historia paralela a lo que tenía con Aleixo, es decir paralela a algo discontinuo. Esa historia paralela era Faicán, que de nuevo la deseaba(aunque tal vez debiera decir, todavía.).

Ella estaba sentada en el sofá de la habitación que había dispuesto para relajarse, leyendo "Cómo trizar el corazón de tu madre", cuando el desagradable ruido del portero la sacó de su mundo. A regañadientes se decidió a responder, ya era la cuarta vez que apretaban ese botón plateado que no dejaba a su perro dejar de ladrar a quien fuese que estuviese en la puerta.

-¿Quién es?-Dijo con voz ronca, mostrando su disgusto por tener que dejar lo que la hacía feliz.
-Adivínalo.- Claro que iba a adivinarlo, esa voz solo podía ser de una persona. Faicán.
-¿Qué haces aquí?¿Quieres pasar? Entra.-Ni siquiera ella entendía porqué se había puesto tan nerviosa. Pulsó el interruptor para que Faicán pudiese entrar en su casa, tal vez rara para quien entraba por primera vez.

Oriane volvió a la habitación de una pared de cristal que daba al campo y se sentó tapándose el frió con una suave manta, escuchó como los pasos tímidos de Faicán paseaban por la casa en busca de su sonrisa. Al fin encontró el tesoro que andaba buscando, y como si de un cristal o una porcelana se tratara acarició la cara de quien no veía desde 5 meses atrás.

-Estás preciosa- dijo después de mirarla durante los 30 segundos en los que su corazón se había acelerado con más rapidez que con cualquier otra persona.
-No creo que haya cambiado mucho en este tiempo sin verte, pero gracias de todos modos.-Oriane intentaba que no se notase cuando deseaba que dejase de hablar y la dejara morder su piercing,
-Bueno, antes llevabas el flequillo al lado y ahora lo llevas recto: es un cambio. La última vez que te vi me quedé con más ganas de las que suelo tener de ti.
-Al final el estado terminará por prohibirme-respondió dando un tonto golpecito en el hombro al hombre que tenía frente a ella y que cada vez la ponía más nerviosa.-¿Cómo sabías donde vivo?
-Me lo dijiste la noche que nos conocimos, la misma que me diste tu teléfono aunque no me llamaste nunca.
-Nunca fui muy de llamar a nadie, pero sabes que no han faltado ganas de verte.

Los dos sonrieron a la vez y dejaron de decir cosas que el otro ya sabía, para dejar que sus cuerpos se acercaran poco a poco.
Todo comenzó realmente cuando el mordió su cuello subiendo hasta el lóbulo de su oreja, algo a lo que sabía que Oriane no podía resistirse. Oriane dejo caer la manta a sus tobillos, pues ya no tenía frío; y se dispuso a llevar a Faicán hasta el sofá de la habitación mientras le quitaba la camiseta. Después de que Faicán estuviese cómodo Oriane se sentó encima y sus besos bajaban poco a poco por el torso de Faicán que se encogía con más frecuencia cuanto más se acercaba la depredadora boca al principio de su pantalón.
Mientras Oriane desabrochaba la cremallera de su visita, este empezaba a deslizar las tirantas del violáceo vestido de Oriane que caería al suelo al empujarlo suavemente por sus caderas cuando se tumbase sobre él: algo que no tardó en suceder.
Cuando quisieron darse cuenta estaban moviéndose al mismo compás, pero a distinta altura. Aunque había un equipo de música en la sala, la única banda sonora que tenía aquel momento eran gemidos de distintas voces.

Faicán

Faicán era un año menor que Oriane, y con apenas sus diecinueve años había hecho sonreír a Oriane multitud de veces.

Es un chico alto, delgado y que siempre tiene una sonrisa y un piercing en la lengua para ella.

Se conocieron el 10 de julio de 2009 en una fiesta en la playa. A pesar de ser un "modernito" Oriane no tuvo problemas en dejar que sus bocas se encontraran aquella noche.
No es como Lucas, al menos no es tan soñador como él. Y mucho menos como Aleixo o Denis quien siempre la cuidaba. No, Faicán es mucho más directo; sabe lo que quiere de Oriane y que a ella no le disgusta la idea.

Faicán es un rapero-modernito, o eso dice Oriane que es, al que le gusta rodearse de niñas y demostrar que puede conseguir a la que quiera con un rato de conversación...Claro que Oriane ya sabe por donde va cuando le habla, pero sabe que nunca dejarían de decirse estupideces por msn. Es del mismo barrio que Oriane, aunque nunca se han visto por la zona.

Bien, puede que nunca haya pasado pero Oriane sabe que podría encapricharse de Faicán y creo que es porque siempre la hace sonreír e intenta convencerla de lo guapa que es a su parecer.
Faicán ama la fiesta como Oriane soñar, y mientras ella se sumerge en sus propias fantasías él organiza eventos en los que demostrar que sus frases son las mejores, creo que lo llaman "batalla de gallos", aunque ya quisieran muchos tener el valor de un gallo.
Si algo destacaría Oriane de él, es su voz. Para que engañarse, tiene su maqueta por poder escuchar cuando quiera el sonido de esa voz que la hace recordar el verano más grande y especial de su vida; una voz que la relaja pero también la enerva.


Sé que un día serán amigos sin decirse guarradas, o serán amantes que no se cuenten sus problemas: el tiempo dará la solución. Algo que si es seguro es que Oriane acabará arrancándole el pendiente cuando no aguante más...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Cantabria. (Parte I)

Oriane decidió de una vez por toda irse a pasar un fin de semana a casa de su amigo Denis, pero al llegar a Cantabria algo la hizo querer volver a casa: Aleixo.
Sí, él también conoce a Denis pero Oriane nunca pensó que iría a verlo. Pero allí estaban, los dos en casa de Denis y solo dos camas...
Disposición para dormir difícil; Aleixo no podía dormir en el sofá por problemas de espalda, y Denis no pensaba dejar que Oriane durmiera en el salón...
-No importa, Denis. Podemos dormir juntos tú y yo, si no te importa.
-No, claro que no me importa pero yo tengo que levantarme a las seis para ir a trabajar.
-Entonces que duerma conmigo.-concluyó Aleixo.

Esa noche estuvieron viendo la televisión hasta tarde, y jugando a "ocalimocho". Lo último que Oriane recuerda es reírse, reírse mucho con Denis y con Aleixo.
A las doce de la mañana siguiente una dulce melodía que decía "sueña que no existen fronteras, ni amor sin barreras..." rompió el silencio de la casa. Era el móvil de Oriane.
-¡Coño, mi teléfono!-saltó de la cama y tan pronto como descubrió su tímida desnudez cogió del suelo su camisón y se lo puso. No le dio tiempo de descolgar.
Al darse la vuelta para coger la ropa e irse a la ducha algo le hizo saltar del susto.
-¿No me das un beso?-Oriane se giró y respondió con una mueca. Salió de la habitación y cuando llegó al salón con su radiante sonrisa, sonrisa que solo le provocaba un buen polvo, se encontró con Aleixo aun en calzoncillos. Este se levantó del sofá dejando la magdalena a medias y fue al encuentro del ruido de tacones que hacían sus botas marrones. La besó.
-¿Pero a qué viene todo esto?
-Bueno parece que anoche se esfumó la tensión entre nosotros...
-Anoche era anoche, Aleixo. Supiste aprovechar que había bebido algo más de la cuenta y yo dejé que todo pasara. La culpa es de los dos pero no puedes creer que ahora todo será perfecto.
-Yo quiero que sea así.
-Puedes querer lo que sea, pero la realidad no es así...No voy a negar que me ha gustado, porque sería mentir deliberadamente...
-Entonces, ¿dónde está el problema?
-Pues en que no puedo Aleixo, joder. Que no puedo creerme otra vez todos tus cuentos. Bueno, me voy a dar una vuelta a conocer la ciudad, tú deberías ducharte y vestirte.
-Espérame y voy contigo.- sonrió, provocando que algo se moviese dentro de Oriane.
-Tienes hasta que desayune.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Desde Oriane.

Ven y deja que derrame en tu oído todo aquello que esconden las turbias aguas de los sentimientos. Permite que por una vez sea tu animo desenfrenado quien me diga lo que pasa por un mundo tan desconocido para mi como eres tú; y cuando todo salga del fondo de la laguna donde echamos todo lo que nos da miedo.
"Te quiero."
Voy, decidida a decirte la verdad, pero de repente mis ojos se humedecen y sigo subiendo la cuesta con la mano metida en el bolsillo y reteniendo las lágrimas hasta llegar donde nadie pueda verme. Y me miras cuando crees que no te veo, pero si te veo y duele aun más.
"Te odio."
Pasas por mi lado sin siquiera sonreír, y te miro hasta que una mano agarra mi cabeza y la gira; me sonríe, me sonríe porque sabe lo que estoy pensando.
"Te lloré."
Me abrazaste, y yo no quería que lo hicieras; como cada vez que me besaste. Yo no quería porque podía ver el fin de todo aquello en tus ojos. Podía ver que lo hacías por...porque te apetecía; no es malo, yo también he hecho cosas porque me apetecían pero antes de nada me aseguraba de no lastimar a la otra persona.
Te lloré mil veces a escondidas, mi almohada fiel es testigo de que mis ojos no se cansaron de extrañarte en al menos 36 meses. Meses en los que puede perderme, encontrarme -a mí y a otras personas en mí-, meses en los que no fui la misma ni siquiera un minuto. Meses que fueron dolorosos con ratos felices a tu lado.

Esa es la magia, que te vea y sonría aunque desgarres un poco más mi pecho ya desquebrajado. Sí Aleixo, como ves por dentro todo sigue siendo lo mismo; porque no se puede cambiar lo que sientes por una persona pero si la forma en la que te afecta. ¿Qué si me sigue afectando? Claro que sí, pero ahora lo escondo mucho mejor.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Cuando lo bueno nos daña.

Díganme, ahora, fieles defensores de los sentimientos: ¿qué de bonito hay en que solo pueda ayudarte la persona que lo causa?¿Cómo se supone que tengo que salir yo sola de todo esto sin derrumbarme?

¿Qué, no lo saben verdad? Se lo diré yo, alguien pretende destruir cada sentimiento que salga y que, por el momento, simplemente oculta.

Lo bonito de todo eso es que cuando menos lo esperas os cruzáis y un temblor se adentra por las piernas dejando lágrimas en los ojos y una sonrisa de tonta enamorada. Es que a sabiendas de que vas a verlo pasas por allí, aunque llegues a casa llorando. Es bonito porque sabes que le importas cuando te mira.

Pero lo verdaderamente hermoso es ver como prefieres seguir destrozándote a alejarte de esa persona que te araña por dentro,

viernes, 2 de julio de 2010

Cigarrillo.

Viernes por la noche y donde menos esperaba encontrarme allí estaba yo, rodeada de desconocidos que me adulaban con un cigarrillo sin terminar y otro preparado para ser encendido. Bailaba sin parar, pero él se sintió obligado a venir a mi.

-Tú odiabas el tabaco.-Decidió saludarme así, pero no me sorprendió. Él nunca me había visto fumar y yo sabía que se dirigía a mi, pues a decir verdad no le quité los ojos de encima desde que entró.
-Y lo sigo odiando...
-¿Entonces?-Preguntó quitandome el cigarrillo encendido.
-Me une a ti.-Dije sin pensar nada, encendiendome otro.
-¿No me hablas pero fumas para sentirte unida a mi?
-Si no te hablará no habría dejado de bailar. Además, a ti se te ve bien sin mi.
-No lo estoy, pero es algo mio. Entre nosotros todo es asi...
-¿Define así?
-Intenso. ¿Eres feliz?
-Eso depende de que entiendas por ser feliz.
-¿Dónde está lo que yo conocía de ti, lo que me enamoró?
-Está exactamente en la puerta del bar llorando, igual que la última vez que cruzamos más de tres frases.

Me di la vuelta, pues sabía perfectamente que aquella conversación nos estaba haciendo daño a los dos. Lo peor es que nada cambiará nunca; él es el amor de mi vida, no el hombre.

miércoles, 30 de junio de 2010

Obvio.

-¿Qué te pasa?- Dijo mientras se acercaba a ella que miraba con una cara extraña en su dirección.

Ella se limitó a saludarlo con la mano, lo que sabía que a él le molestaría. Además no había dejado de mirar hacía la posición inicial de su "amigo" con aquella mueca dibujada en su cara.

-Dímelo.
-Está bien, tú lo has querido. Es demasiado guarra incluso para tí.
-¿Cómo puedes decir eso?, no la conoces.
-Si la conozco. Se llama Natalia, tiene 21 años y estudió en el Alto Conquero hasta que acabó bachiller, luego se fue al Diego Guzman y Quesada a hacer un módulo de Impresión En Artes Gráficas. Vive en Tres Ventanas y tiene un hermano mayor. Y si quieres te digo a todos los tios a los que se ha tirado y con quien tiene un video en youtube.

No pudo dejar de sonreír al ver que había conseguido joderle el polvo de la noche. Y él sabía porqué lo había hecho, él había prohibido que se le acercaran. Ella no podía ser de otra persona pero entoncés ella tampoco dejaría que él follara con nadie.

-Eres una cabrona.
-¿Yo? Yo no le he prohibido a nadie que se lie contigo, solo te informo de cómo es a la que pretendias llevarte a la cama.
-¿Me quieres?
-No lo sé.
-¿Cómo no vas a saber lo que sientes?
-Es que nuestra relación es casi inexistente, podría decir que solo hablamos para jodernos. Aunque si no me hubieras vedado puede que ni siquiera hablasemos. Y permíteme decírtelo, pero eres la persona menos indicada para decirme que he de saber lo que siento.
-Yo sé lo que siento.
-¿Ah, sí. Desde cuándo?
-Siempre. Siempre ha sido muy obvio.
-Yo he sido obvia. Creo que es hora de que te vayas con tu ligue.

Y así ella se dirigió a los cien chupitos para animarse haciendo caso omiso a la conversación en la que, a su manera, le había dicho que la quería.

lunes, 21 de junio de 2010

Aix.

Y yo, a pesar de que mi noche era estupenda y estaba contentisima dejando de lado mis estudios, no pude evitar dejar de hacer todo aquello al saber que me estaba mirando.

Me aperte de todos y me quedé quita, en medio del bar. Fue entonces cuando se acercó sin apartar un solo segundo la mirada y me di cuenta de que apartarme había sido la peor de mis ideas de la noche.

-¿Que te pasa?
-Lo odio, odio que me mires y tener que dejar de hacer lo que quiero.
-Yo nunca te he pedido que hagas algo que no quieres.
-Pero sé que no te gusta eso de mi, que no te gusta verme con otros, que te duele. Y yo...Yo no puedo hacerte daño.
-No me haces daño, y odio eso de ti. Porque tú eres frágil y puedo hacerte daño, dado el hecho de que soy un cabrón, pero siempre me perdonas.
-Yo odio muchas cosas...
-Yo odio que tengas fama...
-Bueno, seguro que los creadores de mi fama no saben nada de mi. Además cuando me muera todos direis que era muy buena, es típico.

miércoles, 16 de junio de 2010

Cosas.

Aquella noche decidí pasarla en la biblioteca, en ese lugar donde me escondo cada vez que algo no anda bien. O cada vez que me apetece llamarte para ir a dar una vuelta. Era ese lugar que me obligaba a centrarme en cualquiera de los libros que estaba leyendo o en estudiar para mis exámenes, esos que llevaba regular.

Llegué y me encontré con un amigo al que no veía desde mis anteriores exámenes cuatrimestrales, a pesar de que lo quiero muchísimo. Entré en la sala y rodeada de niñas que no paraban de hablar me dispuse a estudiar cinco temas de lingüística.

De pronto llegó alguién y se sentó a mi lado, miré pero no le conocía así que lo saludé y continué con mi intento de estudio, ya que durante la tarde había estado luchando contra mis deseos de pedirte un rato.

Conseguí mantenerme concentrada durante dos horas y al levantar la mirada descubrí que en la sala de lectura número tres del Galileo solo quedabamos seis personas. Mi compañero de mesa, las que comían chucherías, un niño escuchando música, el amor de mi vida y yo.-Vale, no es el amor de mi vida, ni siquiera he hablado con él. Ah si! una vez nos dijimos hola. Siempre lo veo en mis noches de estudio.-

Y sin saber cómo a las siete de la mañana estaba dando un paseo hasta casa con el chicho que había estado toda la noche sentado a mi derecha.

martes, 15 de junio de 2010

LLorando.

Llegó a casa tras un día de estudio intenso y una noche de fiesta con desconocidos, casi como un acto involuntario sacó de debajo de la almohada la carpeta donde soía guardar todo lo que escribía sin recordar que ella misma había incluido un apartado cuyo titulo era "Él..." Cerro la carpeta enfadada, se quitó el vestido y se metió en la cama.

Cinco minutos después estaba sentada escribiendo algo a quien la había hecho no poder dormir tantas noches.

"Hola.

Bueno sé que prometí no volver a escribirte, pero de ti he aprendido a no cumplir las promesas. Y siento no ser capaz de cumplir esta promesa, porque al fin y al cabo la única persona que puede salir herida de esta traición soy yo."

Se enfadó, arrugó el papel y lo tiró por la ventana; llorando.

Entrar o salir,

-La última vez que te vi estabas mucho más guapa.-Dijo una voz a su espalda, sorprendiéndola mientras ella caminaba camino al aulario Antonio Jacobo del Barco.
-Te equivocas, yo siempre estoy guapa solo que para venir a clases no me llevo una hora y media arreglándome. Y si nos ponemos así también deberías decirme que me recuerdas más ebria. Sin embargo, tú estás igual que siempre; menuda pena.
-¿Cómo puedes ser tan borde desde tan temprano?
-Mi mal pronto, una pena que lo hayas olvidado; sino fuese así quizá no te hubieses acercado.
-Me encanta cuando te pones asi.
-Vete a la mierda, que creo que está en otro camino.
-Prefiero seguirte.
-Bueno es un país libre, haz lo que quieras.-Se quedó callada, se puso los cascos, sacó el mp3, pulsó el play y continuó su camino hasta el aula 10.6 mientras escuchaba “sola” de May.

lunes, 14 de junio de 2010

Encuentro.

Me había llamado para quedar por lo que pude deducir que algo no iba bien, nunca me llamaba si en su vida todo era como él quería, yo era aquello que solo aparecía cuando necesitaba un abrazo o una sonrisa.

Y allí estaba yo, preciosa para él, como una idiota a la hora exacta. Él ya había llegado, como siempre tenía la necesidad de tomarse un café mientras me espera. Medité un momento en la puerta mientras venía a mi cabeza la frase de la canción que había escuchado en el autobús de camino al bar: “solo soy un pasatiempo a tu merced”. Entré y me senté a su lado sin ni siquiera saludar. Tras unos segundos sin hablar, mientras yo cabizbaja pensaba en algo que no debería y aquel que parecía no haberse dado cuenta de que había llegado, el silencio del alboroto del café se rompió.

-¿Estás bien?
-Si-contesté sobresaltada-, ¿por qué no iba a estarlo?
-Tus ojos…no sé.

Me toqué las cuencas, donde sabía que alguien había pintado de un color malva, y me dí cuenta de a que se refería: estaba llorando.

-Ah, no te preocupes. No es nada, ni siquiera lo había notado. ¿Tú cómo estás?
-Bien. Al menos no lloro.
-Déjalo estar, por favor. Odio que no dejéis estar mis cosas. Hemos quedado porque tú me has llamado, y solo lo haces cuando pierdes el rumbo.
-Contigo no puedo perder el rumbo, eres la persona que mejor sabe el camino que quiere llevar.
-Exacto, sé que camino quiero llevar no el que tú buscas. Nuestros caminos siempre han sido muy dispares y lo sabes.
-No serán tan dispares si estamos aquí los dos: en el mismo sitio, a la misma hora y hablando de cada uno. Intentando que entiendas algo.
-Te dije que ahora soy algo muy distinto a lo que dejaste aquí hace cuatro meses. Yo ahora no entiendo nada, lo siento. Puedo escucharte si eso te vale.
-Me basta con que estés sentada a mi lado, sabes que es lo único que me apetecía desde el viernes.
-Pues has tardado cuatro días en hacerlo, de modo que permíteme deducir que había otras con quién querías hacer otras cosas, aunque fuese porque es una necesidad biológica.-Lo miré, me sequé las lágrimas que quedaban y con una sonrisa burlona añadí algo para quitarle peso al reproche que acababa de hacerle- Pero no te preocupes, yo también he satisfecho mis necesidades biológicas.
-Tendré que matar a quien haya satisfecho esas necesidades tuyas.-Dijo vistiendo de broma sus enormes celos. La verdad es que no podía soportar la idea de que otro le hiciera eso que ellos habían hecho de forma tan especial una vez.
-No mates a nadie, he sido yo quien ha ido a buscar a esas personas, además yo no he matado a todas con las que tú…De haberlo hecho la población femenina hubiese sufrido un curioso descenso en poco tiempo.

Los dos se rieron, sabiendo que tenía razón. A ninguno de los dos nos gustaba que otras personas se follaran al que teníamos al lado, la diferencia es en que yo estaba acostumbrada a que él lo hiciera y él creía que yo no necesitaba sexo sin sentimiento.

-Bueno, ya puedes decirme lo que sea.
-Ya lo sabes.
-¿Qué?
-Te quiero-Lo dijo a sabiendas de mi rechazo a esa sucesión de sonidos producidos por su voz-, y quiero que hagas algo conmigo.
-Sorpréndeme-Sabía perfectamente que su respuesta me sorprendería.
-Como te dije me he comprado una casa, y quiero que tú me ayudes a amueblarla y eso.
-Si yo elijo contigo la decoración cualquier chica que lleves sabrá que una tía te ha ayudado a hacerlo.
-En ese caso, procuraré llevarte solo a ti. Cada día.
-Joder, si que tienes que estar mal para decirme eso. Pero no por estar todo el día juntos vamos a llevarnos mejor.
-Nos llevamos mal por una sencilla razón, cielo.
-Dime, pues, ese motivo.
-No soportamos querernos.
-Yo no te quiero.
-¿A no?
-No, nada.
-Entonces yo a ti tampoco, ya nos llevamos bien.

Tuve que reírme, yo sabía perfectamente que lo quería; de hecho nunca hasta ahora no lo había negado. Y él, él sabía que yo sería la persona que menos estaría en ese hogar que ayudaría a decorar.

Nos quedamos callados, mirándonos y cada vez su cara estaba cerca de la mía.

-Debería irme a estudiar, ¿no crees?
-La verdad es que creo que deberías quedarte un poco más.
-Vamos a estropearlo todo si me quedo.
-No, nada se va a estropear.
-…Por favor. Hoy no.
-Está bien, deja que te acompañe a casa al menos.
-Por supuesto.

Pagó su café mientras yo me ponía el bolso sin terminar de creer que le había negado un beso. Y nos fuimos de la mano. Llegamos a un portal, abrió la puerta, subimos al ascensor hasta el tercer piso.

-Ya estamos en casa.
-No, esta no es mi casa. Y no lo será nunca si sigue sin muebles.-La frase acabó con una sonrisa que me decía que era allí donde todo empezaría de nuevo.
-Te has dado cuenta- soltó entre risas.
-Me voy a casa-me dirigí a la puerta mientras el se quedaba pensando en no se qué-, cuando quieras que vayamos a por los muebles me llamas. Creo que si voy a pasar aquí algún día.

Se giró con una sonrisa y me dijo adiós con la mano.

domingo, 13 de junio de 2010

Lo único.

Dos besos, un par de abrazos y una docenas de sonrísas. Eso era lo único que podría definirse como cierto en un encuentro de los dos. Podíamos hablar de cualquier cosa; pero yo nunca podré saber cuando estás diciendo la verdad, de hecho ya no creo nada de lo que dices.
Era lo único que tú estabas dispuesto a darme cada vez que nuestros caminos se cruzaran y en este punto de mi vida me daba cuenta que era lo que siempre había necesitado de ti. Solo eso.

Me había cansado de buscar en ti algo que nunca encontraría, porque no existia. Yo te había idealizado, olvidando que a veces no vemos las cosas de forma objetiva. Ya no quería verte todos los días, no tenía ganas de oir como me dices Olguita.
Pero tenías que volver, tenías que aparecer de nuevo mientras yo disfrutaba bailando. Y fue entonces cuando me di cuenta de que solo quería de ti esos dos besos en las mejilas, el par de abrazos que me correspondía después de todas las tardes intentando hablar contigo y una docena de risas acumuladas en cinco minutos de conversación. No necesiataba nada más, era la dosis de ti que me hacía feliz sin volver a engancharme.

domingo, 6 de junio de 2010

Como me jode no poderte querer.

Aquel día era distinto, era como si nuestros papeles se hubiran cambiado. Ahora él quería y yo dudaba... No tenía fuerzas para darle un abrazo como había hecho siempre que lo encontraba, ese día no.

-Dame un motivo, solo uno por el que yo esté haciendo bien estando aquí contigo.
-Porque te gusta estar aquí, porque sabes que tengo derecho a otra oportunidad.
-¿Derecho a qué?¿Perdona? Te he dado mil oportunidades...Joder que desde que nos conocemos hemos pasado mucho más tiempo sin tener ningun tipo de relación que hablando, y cuando hablamos siempre es para discutir.
-Sabes perfectamente que no siempre es para discutir, ¿o es qué no te acuerdas de diciembre?
-Oh, sí es cierto. Diciembre...Fue todo mentira y lo sé.
-Creo que es lo único sincero que he hecho en tres años.
-¿Por qué voy a creerte?
-Porque es la verdad, confía en mi por una vez.
-¿Por una vez? He confiado en ti muchas veces y siempre ha terminado todo igual. ¿Quieres que te crea? Pues dime algo que sea verdad y no le hayas dicho a nadie.
-Te quiero.
-He dicho que no se lo hayas dicho a nadie. Te he visto decirle te quiero a tías, y en tus ratos libres dedicarmelos a mi.
-No puedes creer que he dicho te quiero como te lo estoy diciendo a ti.
-Lo siento pero así es. Y lo peor es que me jode no poder creerte y seguir queriendote como he hecho siempre.
-Pero, yo te quiero de verdad...
-Yo también te quiero, pero entiende que ahora no puedo confiar en tí porque me has mentido muchas veces...

jueves, 3 de junio de 2010

Las alas del viento.

Y robé las alas al viento y ahora puedo ir donde me apetezca. Además son alas que nadie me podrá cortar nunca porque en cuanto el viento note las intenciones de cortarlas hará que se abran y me lleven a algún lugar donde pueda volver a verte y no sentir deseos de abrazarte...

Sí, sé que esto no tiene ningún sentido. Que por más que nos evitemos tú vas a seguir estando en mi del mismo modo que yo en ti, aunque solamente sea por pensar sitios donde no vayamos a encontrarnos. Y decir:"No quiero que nos encontremos", y acto seguido entrar en el pub en el que creo que te encontraré.

Pero qué ridícula eres Olguita...

No, en realidad lo que pasa es que quiero despedirme en condiciones de algo que marco mi vida de forma inconstante y repentina, dulce y dolorosa.

Pero ahora tengo alas, y salgo a volar sin despedirme. Y es que nunca me gustaron las despedidas y evitándola puedo volver cuando quiera. Puedo volver para intentar hacerte sonreír cuando te apetece llorar, para abrazarte cuando te entras ganas de salir a correr, para dejarte solo cuando quieres estar con todos, para recordarte que tus amigos están ahí cuando todos te han fallado...Para lo mismo de siempre, para que me joda no poderte perder...

Sí, todo empieza a tener sentido cuando lo miras todo con ojos objetivos y apartas los sentimientos.

Y cojo mis alas de viento y me voy, por ahí de paseo para hablar con mis ángeles.

No me provoques.

Habíamos quedado en el mismo sitio y a la misma hora de siempre, pero yo sentía muchas más ganas de verte que de costumbre. Tenía tantas ganas que ni siquiera ver a ese alguien que descoloca mi vida me las quitó.

Llegaste y sin más salí corriendo a abrazarte y seguidamente te pregunté si estaba guapa mientras giraba sobre mi misma con aquel vestido verde de tirantas. Al dejar de girar pude ver tu sonrisa, por fin. A modo de respuesta me cogiste en brazos y bajaste la escalera de la plazoleta.

Me dejaste en el suelo, me diste la mano y empezamos nuestra típica discusión tonta sobre el lugar al que dirigirnos, supongo que deberíamos pensar dónde ir antes de quedar concluí con una mirada burlona.

Por fin nos decidimos, y fuimos a uno de esos parques que tienen tanto césped. Empezamos a hacer tonterías y a reír a carcajadas, todo el mundo estaba mirándonos pero eso nunca nos importó. Ni importará porque nos vemos una vez cada tres meses y hay que aprovecharlo. Sin saber como acabaste encima mía y de pronto dejamos de reírnos tanto y nos quedamos mirándonos sin más. Yo me mordí los labios y de repente una palabra cruzo mi cabeza "comprometido". Era cierto, él iba a casarse y yo tan solo podía ser algo que el pasado no dejo que pasara; y ahí estábamos sin saber que hacer...

Pero al final lo hice, y no es mi culpa es que no pude evitarlo. Se levantó, me dio la mano y aunque sabíamos que no estaba bien fuimos a su casa, la misma casa en la que en apenas un mes estaría viviendo con su esposa... Haciendo lo mismo que él y yo estábamos a punto de hacer.

-Me debes una ducha desde que teníamos 17 años, bueno desde que yo los tenía.
-Es cierto, pero como cuando tenías 17 años te duchas con otra...

Pero como se la debía, se la di. O mejor dicho nos la dimos y fue... Fue lo que tenía que haber sido hace ya muchos años. Después de la ducha decidieron tumbarse en aquella cama de matrimonio, con sabanas de un color inmaculado, aun sin profanar... Él consiguió dormirse apoyado en mi liso vientre tras jugar con el tatuaje que descansaba a la sombra de mi pecho derecho y con su mano rozando el de mi cadera. Yo por el contrario me quedé mirando su carita dulce, sí para mi seguía siendo aquel niño que conocí uno de los 28 veranos de mi vida y como le dije cuando cumplió los dieciocho estaba segura de que era el hombre de mi vida, pero los dos habíamos encarrilado nuestras vidas con otras personas, sin embargo acabábamos de hacer tambalear los pilares de ambas relaciones. A él no parecía atormentarle pero a mi me dolía hacer eso, aunque volvería a dejar que pasase si se diera la ocasión.

miércoles, 28 de abril de 2010

Lucas.

Lucas es ese niño que siempre llamó la atención de Oriane pero que ella jamás penso poder tener.
Como todos un día se fijó en ella con el mismo objetivo que otros muchos, pero ella a Lucas no podía ponerle ninguna excusa ni impedimento porque realmente le gustaba. Le daba ilusión, además apareció en el momento exacto: cuando Aleixo desapareció definitivamente y ella decidía volver a luchar por ser feliz y tener una nueva ilusión.
Se conocieron una noche en el The Hard Irish. Y quizá fue la noche en la que más disfrutó en mucho tiempo, porque cada vez que entraba buscaba los mismos ojos tristes que nunca estaban.
Lucas no era muy guapo, ni musculoso. Pero era él. Era quien había devuelto la sonrisa a Oriane y por eso todas lo adoraban. Oriane sonreía al escuchar el móvil vibrar porque sabía que era un mensaje de Lucas, sonreía al ir a la universidad porque lo veía al despertar cada día, sonreía porque era el primero que le decía cosas tontas.
Lucas era el amigo típico, Lucas sabe escuchar y es capaz de tener conversaciones serías, pero también puede mantener una conversación absurda durante horas. Incluso durante semanas. Sus ojos reflejaban ilusión, era un brillo muy especial que nunca volví a encontrar en nadie. Sus ojos eran almendrados de un dulce color verde. Tocaba la guitarra y le gustaba cantarle al odio a las mujeres. Era un pequeño payasito, hacía lo que fuese por verla sonreír. Su sonrisa sin más provocaba en Oriane un irremediable deseo de morderle, aunque siempre era él quien acababa mordiéndole el cuello a ella. Sabe que le encanta.
Tanto ella como él se negaban a enamorarse al menos durante un tiempo y querían tiempo para ellos. Disfrutaban de la presencia del otro y hacían las cosas como le salían. Solo que cuando Lucas estaba más soso que de costumbre Oriane se sentía desdichada. Y quizá hoy era uno de esos días puesto que se han encontrado y todo ha sido…raro.
Lucas es un joven luchador e impetuoso. Tiene muchos sueños a los que aspira, y unos patrones de lo que quiere ser muy bien fijados. No quiere ser un Don Nadie. Él quiere mucho más que eso. Quiere salir de Vigo e irse por ejemplo a Barcelona y trabajar en un puesto importante. Quiere ayudar a los demás y quizá así llegó a la vida de Oriane, para ayudarla. Ayudarla a salir de el pozo en el que se había metido.
Oriane una vez le dijo que la olvidaría en poco tiempo, un periodo de dos años pero el le prometió que no lo haría, y por ahora lo está haciendo bien. Supongo que al final se cogieron cariño mutuamente, a decir verdad ella le cogió cariño muy rápidamente pues vio en aquel niño de mirada ilusoria el cielo que siempre había buscado, y pudo tener un pedacito pero se negaba a ser ella quien rompiera aquello. Ahora ese cielo ha cambiado pero para ella siempre quedará la dulzura pues él sabe que Oriane no merece que la trate como trata a las demás, ella es distinta o eso piensa Lucas.
Lucas es muy friolero y cuando pasea de la mano con Oriane provocan carcajadas en muchas de las personas que ven. Él muy abrigado y ella en tirantas como siempre. Recuerdo que Oriane me contó una anécdota del día en que se conocieron, una graciosa manera de decir que tenía frío. Algo que a ella le encanta recordar son los momentos en plazoletas y parques. Los cariños en la arena y en el instituto. Oriane sonríe al recordar el tacto de sus manos sobre su piel.
Lo mejor de todo es que, a diferencia de lo que ocurre con Aleixo, son buenos amigos cuando no hay nada más y ninguno de los dos dice nada, pues saben que siempre podran contar con el otro. La sonrisa de Lucas siempre se cruza con ella cuando está triste y la hace sentir mejor con un abrazo sincero. Sabe que ella nunca va a reprocharle nada de lo que haga porque siempre le dijo que tenía que luchar por sus sueños, que tenia que abrazarlos muy fuerte puesto son lo único que nadie puede quitarle ni matar. Sabe que siempre va a estar a su lado porque no sabe que haría si ella le faltase cuando está mal, ella siempre la escucha y le encanta que le haga preguntas tales como “¿Qué te da miedo?” o “¿Por qué se enchocha la gente?”. Él siempre le contesta gustoso porque no es algo que cualquiera pregunte, y no es algo que puedas decirle a cualquiera.


Recuerdo que una vez se distanciaron mucho, porque Oriane creyó estar enamorada de él y ambos se añoraban de una manera inmensa. En aquel momento inventé una excusa para que Oriane volviera a abrazarlo cuando lo viese.

viernes, 16 de abril de 2010

Aleixo.

Aleixo, debería ser un gran hombre ya que Oriane se enamoró de él. Pero es grande a su manera…
Él.
Él tiene 21 años y nunca le gustó estudiar así que desde muy joven trabaja en lo que le sale. Ahora trabaja en una papelería. Siempre tiene un cigarro en la boca, cuando está con ella fuma menos porque sabe que lo detesta, y le gusta verla sonreír. Es un chico arrogante, ya que su vida nunca fue fácil. Le gusta reírse de los defectos ajenos porque de este modo se siente más seguro de sí mismo. Tiene una sonrisa traviesa siempre en la cara y Oriane solo lo ha visto llorar dos veces.
El sueña con encontrar quien le quiera y no tenga miedo a envejecer a su lado. Sabe que Oriane lo ama con todo su alma pero él tiene miedo de no poder hacerla feliz. Aleixo quiere que Oriane sea quien envejezca junto a él.
Tiene miedos, muchos miedo que nunca confesará, porque con hombre debe tener valor y poder con todo. Su risa es capaz de poner nervioso a cualquiera que lo escuche, exceptuando a Oriane quién esta locamente rendida a esos momentos en los que los dos reían juntos. Sabe dar abrazos muy cálidos, a veces sus ojos brillan con ilusión y aunque siempre dice que no espera nada de nadie no puede evitar sentirse herido cuando sale fuera de la ciudad a trabajar y sus amigos no le llaman. Y cuando llega y la ve esperándolo en la estación la abraza a modo de agradecimiento, pues sabe que nada la hace más feliz que su abrazo.
A Aleixo, aunque no lo exprese, le duelen las cosas. Le duele muchísimo ver como Oriane se rompe de repente y le dice que no es importante para él, puede entender que crea que no la quiere pero no puede quedarse intacto si de verdad piensa que no le importa cuando quizá sea una de las personas sin las que estaría perdido. Si lo miras bien aprendes a ver en su rostro impasible cuando se siente decepcionado, cuando le duele algo, cuando lo estás haciendo feliz, porque aunque todos digan que siempre tiene cara de enfado sus ojos no siempre son iguales. No son dulces, la verdad que pocas veces puedes atisbar dulzura en ellos, son tristes. Son los ojos más tristes que jamás vi. Son grandes, de un bonito color miel y con unas pestañas largas que los hacen más irresistibles. Su mirada es profunda y penetrante, y cuando quiere puede transmitir todo lo que siente. Incluso a veces lo transmite sin querer, creo que es porque como nunca dice esas cosas se le escapan.
¿Qué cuando llora? Llora cuando siente lejos a su familia, es precioso que eche de menos a su familia. Llora cuando habla de sus sentimientos con Oriane, en realidad los dos han llorado hablando de lo que sienten hacia el otro. Pero es normal que lloren puesto que saben que por mucho amor que se tengan no puede ser, no puede ser porque los dos tienen miedo a perderse. Y a pesar de no poder soportar la idea de estar lejos de ella entra y sale de su vida como se le antoja. La verdad es que siempre vuelve porque la necesita, porque sin sus abrazos espontáneos y sus te quiero a destiempo la vida ya no parece tener sentido. El problema de intentar alejarla es que ella nunca se cansa de correr y que realmente no quiere que esté lejos, porque aunque una vez le dijo que podía tener al hombre que quisiera, se siente afortunado de ser el hombre que ella quiere.
Ahora están muy lejos, y no me refiero a físicamente. Pero Oriane sabe que volverán a unirse sus bocas, y que ya no tendrá que llorar abrazando su foto. Y Aleixo no puede negar que muere por verla sonreír, aunque sea a escondidas.


La verdad es que cuando vi a Aleixo y Oriane llorar juntos, y no poder si quiera darse la mano quise desordenar la tierra y volver a unirlos. Se me rompió el corazón al presenciar tal escena. Si ella es un ángel, él es un demonio; pero que importa eso si están enamorados.

Oriane.

Puede que para ti no pero para mi, para mi Oriane es todo lo que cualquier persona puede desear tener a su lado.
Ella.
Oriane es una joven de unos 20 años capaz de estudiar periodismo sin suspender una sola asignatura. Es inteligente, más de lo que yo nunca podré ser, es divertida, a su alrededor nadie puede evitar sonreír. Ella es alguien con quien el tiempo siempre es poco, con quien siempre podrás contar. La he visto cruzar Vigo sin mirar a ningún lado solo porque algún amigo empezó a derramar la primera lágrima. Es de ese tipo de personas que tiene un abrazo incluso para la persona que más daño le ha hecho. Es la única persona a quien he visto sonreír cuando la abandonan, la que se preocupa de que todos sean felices y se contenta con que una sonrisa cruce su camino cada tarde. Es valiente, nunca le faltó el valor de luchar contra las injusticias y contra sus miedos.
Oriane es delgada, pero sin llegar a lo extremo. Tiene los ojos castaños, pequeños y achinados; y posee la mirada más dulce que nunca pude imaginar, incluso cuando esta muy enfadada no pierde la dulzura ni el brillo que siempre hallas en ellos. Su pelo es lacio y le llega a la cintura. El negro de su pelo no se puede comparar con nada. Sus boca, solo puedo decir que es una perfecta curva, pintada con purpurina fucsia. Siempre tiene una palabra amable, frases que te devuelven la sonrisa. Siempre encuentra un motivo por el que seguir luchando, y sabe que no dejará de hacerlo hasta que vea sus fotos en la portada de una revista. Le encanta. Le encanta posar, le encanta verse guapa aunque necesite mil retoques de photoshop. Aunque ella no lo crea es guapa, y todos en su ciudad lo saben. Cuando ella sale todos se giran para poder ver su sonrisa, y la saludan; la admiran.
A ella le gusta ir a bailar con sus amigas, aunque no tiene todo el tiempo que quisiera para dedicarle al mundo. Cuando se agobia sale a andar por el campo, porque por suerte tiene mucho verde donde perderse al salir de casa. Hace deporte, aeróbic para ser exactos. Oriane es aquella chica que siempre usa tacones pero que nunca le duelen los pies, la que puede pasarse toda la noche bailando y corriendo por la calle sin agotarse nunca, quien es capaz de ir en chándal en noche buena y en pijama en fin de año. Y aun así nadie le dirá nada porque es ella, porque saben que por mucho que le digan no va a dolerle, no va afectarle.
Pero Oriane se enamoró de alguien que la hirió en lo más profundo de su alma, ya nunca hablan pero su amor no pierde intensidad. Es ese amor el que reparte a cada persona a quien dedica un gesto. Es ese dolor del que habla cuando intenta escribir un libro, es esos cuentos que le cuenta a sus compañeros cuando explica el Sendebar. Es ese sueño del que despiertas sonriente aunque no sepas qué ha pasado exactamente. Es la hija que nunca defraudó a sus padres y que sigue llamándolos a ver como le va a su hermana.
Tiene miedos, como todos. Le da mucho miedo salir a pasear y que nadie le preste una sonrisa. Sale a correr siempre que se tira en el césped y aparece una cochinita.
Y se ríe… Se ríe cuando se equivoca y tiene que empezar todo el trabajo desde cero. Rompe a carcajadas cuando un profesor lleva unos zapatos feos. Nada para su risa cuando descubren su manía de llevar calcetines de distintos colores. Siempre encuentra un motivo por el que, sino reír, sonreír; y es que siempre ha creído que los momentos buenos son los que cuentan al final, que la vida es breve para desperdiciarla llorando. Eso sí cuando llora… Cuando llora el mundo cae sobre quien la ve, nadie había imaginado tal llanto. Llora gritando todo lo que siempre calló, grita incluso cuando cree que esta susurrando pero luego se le pasa, y su sonrisa hace que vuelva a salir el sol.


Ella es imperfecta, claro, pero si fuese un ser perfecto yo no la admiraría, no llevaría toda mi vida buscando a esa persona que me de un motivo de sonreír.
Pero un día lloró, y yo lloré y mi perro no dejaba de ladrar.

jueves, 1 de abril de 2010

Axolotl.

Oriane salió a pasear una bonita tarde de sol. Ella sentía que tenia que darle una sorpresa pero en el camino se encontró con Aleixo y sin darse cuenta se paro en silencio delante de él. No dijo nada, solo se limitó a mirarlo.

-¿Qué piensas?
-Dime un motivo por el que me he quedado aqui mirándote, sin más.
-¿Pena?
-Puede, pero no. Creo que no es ese.
-¿Entonces?
-Supongo que el mismo de siempre.¿Y tú por qué no has seguido andando?
-Por lo mismo de siempre también.
-¿Y qué es lo mismo de siempre?
-Venga ya, lo sabes de sobra.
-Axolotl.
-Joder, tú.

Aleixo llamó a sus amigos y les dijo que no iba, Oriane descubrió que la sorpresa era para ella no para Lucas. Tenía que salir porque ella se merecía una sorpresa.

domingo, 28 de marzo de 2010

El tiempo la cambió.

Como cada mañana Oriane despertó gracias a aquel magnífico despertador de Pocahontas que su abuelo le había regalado cuando ella tenía a penas 7 añitos. El cual se negaba a dejar a pesar de tener 13 años más que por aquel entonces.

Era consciente de que era jueves y por tanto debía ir a la facultad de periodismo a recibir la clase de teoría de la comunicación, pero ese día no le apetecía. Se sentía bien tirada en la cama mirando al techo, ni siquiera se había movido desde que despertó, era un día especial puesto que no había sentido la necesidad de buscar a Aleixo a su lado.

Tras quince minutos sin parar de sonreír pero sin mover ni un solo miembro de su cuerpo decidió prepararse para ir a clase, no fue hasta entonces el darse cuenta de que estaba desnuda y que su ropa estaba en el suelo, miró la cama con extrañeza pero no pudo evitar sonreírse a ella misma cuando vio a Lucas dormido y parecía que también sin ropa.

Sin darle vueltas al hecho se fue a la ducha, y por primera vez en mucho tiempo quiso admirar su cuerpo desnudo reflejado en el espejo, y todo debido a Lucas. Mientras se duchaba pensaba que no podía ser, Lucas siempre le había parecido un chico muy mono pero nunca creyó poder conseguir siquiera una mirada de aquel joven y ahora estaba en su cama. Acabó de ducharse sumida en pensamientos que solo hacían aumentar su sonrisa. Se envolvió en la toalla y regresó a la habitación para vestirse. Oriane no pensaba despertarle pero cuando solamente le faltaba por ponerse una camisera Lucas se deshizo de sus sueños y la miró con esa sonrisa en la cara que provocó que Oriane desease volver a la cama.

Lucas se puso los pantalones y la agarró por la cintura mientras ella se arreglaba el pelo.

-¿Vas a irte a clase?-Preguntó con un tono burlesco mientras le besaba los hombros.
-Es mi obligación, a fin de cuentas es lo único que me asegura un futuro.
-No quieres ir...
-Pero he de hacerlo. ¡Y por favor deja de hacer eso!-Oriane empezaba a no poder evitar sentir los labios de Lucas.
-Entonces...¿me voy ya?

Oriane no pudo evitar sentir que el vació se apoderaba de nuevo de ella, pero eso Lucas no debía saberlo. Ya había destrozado una relación por ese sentimiento, de modo que con Lucas todo sería distinto.

-Haz lo que quieras, yo tengo que ir una hora y media a clase. Si quieres ducharte el baño está al fondo y en el mueble de puertas correderas hay toallas.-Recogió su pelo en una graciosa coleta rizada, que hacía que Oriane pareciese más pequeña. Se giró quedando frente a frente con Lucas, demasiado cerca.-A mi no me da tiempo a desayunar pero tú puedes prepararte algo si te apetece.

Oriane empezó a caminar y Lucas la seguía por la casa hasta llegar a la puerta. Abrió la puerta y oyó de nuevo la voz de Lucas.

-Está bien, me has explicado todo de tu casa pero no me has dicho si quieres que te espere o no.
-No puedo obligarte a hacerlo, si quieres esperar a que salga de clase hazlo.
-Estás preciosa cuando sonríes,¿lo sabías?

Oriane se acerco a Lucas y le susurró: Bésame.
No le dio tiempo a terminar de pronunciar la palabra cuándo los labios de Lucas estaban junto a los suyos y disponía una mano en la cintura de ella y la otra en su mejilla.

[...]

domingo, 21 de marzo de 2010

Aleixo y Oriane, otra vez.

Quiero que sepas que me sigues importando muchísimo, pero las cosas otra vez han cambiado.
Yo he cambiado y ya no puedes hacer nada para detener un coche que va cuesta abajo y sin frenos.
Fdo: Oriane.

***

Y la encuentra en el bar de moda con el chico más mono, a ella no le gusta y lo sabe. O eso quiere creer él.

-Oriane, ¿Qué estás haciendo?
-¿Es qué no lo ves? Ahora deja que siga a lo mío.
-¿Te gusta más su boca que la mía?
-Son demasiado diferentes como para elegir una. Cada uno buscáis algo en los besos. Él lo único que está buscando es diversión, tú...Bueno solo recuerdo una vez en la que tu boca buscase diversión en mi. Y sabes a que vez me refiero.
-¿Qué crees que buscaba yo cuando te besaba?
-Esas cosas se notan, no besamos igual a una persona que solo es físico que a una persona que...Bueno digamos que le tenemos un poco de cariño.

Ahora todo cambia, puesto que Aleixo se ha dado cuenta de que ese chico que se ha llevado la boca con la que el sueña desde hace poco más de tres meses, sin parar, es su amigo. Su mejor amigo.

-Ah ostias, muy bien. Si eres tú no pasa nada ¿no? Porque eres mi amigo- Escupió la última palabra con un matiz de ironía que hasta la camarera se dio cuenta.
-¿De que vas Aleixo?- Respondió Oriane con un tono más alto, demostrando a todos que se había cansado de que Aleixo tratara de decirle como tenía que ser. De que le dieran esos ataques de celos que ella no pensaba soportar ni una vez más. Él la quería, siempre había estado claro, pero no podía pretender que desperdiciara un año más esperándolo. No ya no, ella quería salir de todo eso e iba a hacerlo. Lo haría incluso si Aleixo volviese a decirle alguna vez "te quiero".
-De nada, Oriane, no voy de nada. Veo que no entiendes nada de lo que pasa entre nosotros.
-Sí, sí lo entiendo pero fuiste tú quien dijo "te odio", sabías que eran las palabras mágicas para que yo desapareciera, para que no hubiese más Oriane y Aleixo, para que ya nadie nos relacionara. Ahora no puedes querer que olvide todo eso, y aunque quisieras y lo olvidara... seguiría sin volver a haber nada entre tú y yo. Hay muchas cosas que cambiar de los dos, cosas que tú nunca quisiste cambiar y a mi ya no me apetece. Ahora estoy bien.
-¿Y conmigo no estabas bien?
-ESTABA, tú lo has dicho. Estaba bien dos días porque al tercero ya estábamos otra vez peleando. Admítelo de una vez: no nos llevamos bien.

A esta altura de la conversación todos estaban mirándolos a causa del tono elevado de sus voces y si mirabas sus rostros era posible ver las lágrimas secuestradas en sus ojos.

-Vale Oriane, no nos llevamos bien pero entonces explícame porque somos incapaces de estar el uno sin el otro.
-No, soy yo la que no puede estar sin ti… A ti no te importa estar sin mí, tienes demasiados cuerpos en los que perderte como para sacar un solo minuto para pensar en la entupidísima Oriane.

Aleixo se sintió herido con esa respuesta y decidió salir del bar. Oriane por su parte, a pesar de haber conseguido dolerle después de tanto tiempo esperando, no puedo evitar correr tras él.
Después de gritarse, ella era la que se alejaba. Aleixo parado en medio de la carretera sin importarle los bocinazos de los coches dijo dejando correr sus lágrimas lo primero que Oriane creyó sincero de toda la noche.

-Lo siento.

Llorando, Oriane se giró y se quedo quieta, dejando todo lo que sentía saliera fuera de ella para que Aleixo pudiese verlo, todo ocurría cómo estaba acostumbrado a que ella respondiera: a sus lágrimas. Pero esta vez no quiso quedarse callada y llorando todo el dolor que había dentro de ella empezó a gritar de nuevo.

-¿Qué es lo que sientes, Aleixo? ¡Dímelo! Quiero saber qué es lo que sientes. ¿Sientes cada lágrima que me has hecho derramar?¿Sientes no ser capaz de ser sincero contigo mismo?¿Sientes haberte reído de los sentimientos durante tres años?¿Sientes no poder darte una oportunidad?¿Sientes estar empeñado en que no me harías feliz?¿Sientes que haya intentado olvidarte tantas veces sin conseguirlo?¿Sientes desaparecer, o lo que sientes es volver a mi lado?¿Sientes que me duela verte con todas esas tías?¿Sientes que haya dado tantos besos de mentira?¿Sientes haberme besado tú a mi?¿Sientes decirme que me odias cuando me quieres, o decirme te quiero cuando me odias?¿Qué es lo que sientes?¡Joder!
-Siento… Siento que me quieras, siento no ser lo que te mereces, siento que hayas llorado, siento destrozarte el maquillaje de esta forma, siento ser tan cobarde con lo de quererte… Siento no poder tenerte, siento que me quedes tan grande, siento que nos hayamos dado tanto sin darnos cuenta y que no sirva de nada, siento no poder decirte que te quiero o que te odio… Siento hacerte daño pero tienes que darte cuenta de que yo soy eso. ¿Por qué, Oriane? ¿Por qué me quieres si poco a poco te estoy matando?
-Te quiero porque soy gilipollas, Aleixo. Esa es la verdad. Soy tan gilipollas que pensé que de verdad podías odiarme.
-¿Cómo coño quieres que te odie, cielo? ¿Cómo voy a odiar a la única persona sobre la faz de la tierra que ha sido capaz de quererme, que lo daba todo por mí? ¿Cómo…?
-¿Ves? Yo hubiese dicho que lo darías todo por mí, pero supongo que para ti ya todo está terminado… Y odiarme, dudo que sea difícil hacerlo. Te he dado motivos. Odias mis celos, odias que no sea como las demás, odias que te dé tanto…
-Te equivocas en algo. Sí que odio que no seas como las demás y que me des tanto porque si fueras como las demás no tendría inconveniente en besarte cada cinco segundos. Porque si no me dieras tanto yo no me pasaría las noches pensando qué puedo darte a ti, cómo devolverte tanta comprensión, tanto cariño, todo. Pero no odio tus celos, me encanta. Me gusta que me quieras solo para ti, me hace sonreír la cara que pones cuando te hablo de cualquier muchacha, adoro cuando te molesta que una chica se acerque y me abrace y me diga “te echo de menos feo”, porque eso eres tú, Oriane. Esa es la Oriane que siempre me gustó y a la que siempre quise. De esa Oriane es de la que yo me enamoré. Y aunque parezca extraño me llega a fascinar como me hieres, con esa sutileza que tienes, cuando le digo a una mujer que la quiero; a pesar de que sabes perfectamente que no es cierto.
-Entonces ya no deberías quererme. Ya no soy así, ¿no? Ahora voy por ahí besando a tus amigos. Voy dejando que cualquiera se acerque a ti, no digo nada. Dejo que le entregues tus “te quiero” a la niña que más se te apetezca. Ya no te hiero, sutilmente, cuando le dices lo mismo que me decías a mí a otra.
-Sí, si te quiero. Y te quiero porque se que aunque no lo hagas por dentro nada a cambiado. Que lo que ha cambiado es solamente lo que yo tengo que ver. No te pega nada ir de mujer fatal, de niña fuerte.

Aleixo intenta acercarse a ella que está sentada en el suelo llorando. Casi puede verse la cara del dolor en sus lágrimas reflejado. Al ver que estaba más cerca de lo que su respiración podría seguir el ritmo acelerado de su llanto sumado al nerviosismo de su presencia que siempre había tenido cuando estaba a menos de dos metros; intentó retroceder, pero no pudo.

-¡No! ¡No te acerques, vete!

Todos los amigos y conocidos comunes hacia rato que habían salido y estaban observando como los dos lloraban sin importarle nada. Nunca habían visto a Aleixo llorar, y a Oriane hacía mucho tiempo que la veían disfrutar de la compañía de los demás: habían vuelto a acostumbrarse a su sonrisa.

-Oriane, por favor. Deja que me acerque y te ayude a levantarte. Si no quieres que yo te ayude quítate de la carretera.
-No quiero, no puedo…

Él la cogió en brazos sin importarle que ella gritara y pataleara todo lo que quisiera.
Todos seguían mirándolos pero Oriane continuaba sin darse cuenta y no paraba de gritar que la dejara. Aleixo, él se acababa de dar cuenta pero no pareció importarle mucho.
Andaba con Oriane en brazos, todos perplejos no entendían que ella se estuviera calmando. De haber sido otra persona quien se la hubiese llevado de la calzada, de haberlo intentado hubiera golpeado con todas sus fuerzas hasta que la dejaran.
Aleixo y Oriane seguían llorando, pero Oriane había dejado de gritarle que lo odiaba y que la dejara en el suelo. De modo que Aleixo paró y se sentó en un escalón, ella abrió los ojos y reconoció a la perfección ese lugar: era donde él le había dicho te quiero mirándola a los ojos por primera vez. Esbozó una triste sonrisa que Aleixo vio.

-Veo que reconoces este sitio.- le dijo sin dejar que se deshiciera de sus brazos. Él también se sentía a gusto teniéndola entre sus brazos. Sentía lo mismo que ella sentía cuando él le daba la mano.
-Sí, aunque no estoy segura del sentido de estar aquí.
-Creo que soy demasiado obvio para ti, pequeña.
-No… No puedes estar intentando decirme lo que creo que quieres decirme.
-Sí.
-¿De verdad? ¿De verdad te quedas aquí conmigo para siempre?
-¿Cómo lo has sabido?- preguntó con una sonrisa pues sabia que Oriane le estaba diciendo lo que deseaba.
-Porque sino fuese eso, sería que te vas para siempre pero entonces tus ojos no me mirarían así.
-Sí, dulce loca que rige mi vida. Me quedo aquí. Vuelvo contigo y cuando te vayas a cumplir tus sueños, me iré contigo. Si me dejas.
-Claro que te dejo, además tienes muchas cosas que cumplir.-Sus lágrimas se habían secado, dejando rimel por sus mejillas pero ella ahora sonreía.

Aleixo y Oriane, una vez más se habían unido dejando las vidas que se forjaron por separado. Oriane sonreía mirando una pared blanca y Aleixo disfrutaba de verla sonreír cuando le sorprendieron unas pequeñas manos apretando su cuerpo contra el de Oriane.

Y allí estaban, se quedaron los dos callados. Sin moverse. Ella mirando la pared y aferrándose a Aleixo. Él no paraba de mirarla, no se sentía capaz de quitar los ojos de la cara, ahora serena y sonriente, de Oriane.
Cada cual sumido en sus pensamientos, que no se habían tornado serenos. Oriane no terminaba de confiar en él y Aleixo seguía pensando que no la haría feliz.

Aleixo, ¿qué estas haciendo? No vas a ser capaz de mantener su sonrisa. Acabas de verla llorar por ti, has visto lo que llega a sufrir por ti. No puedes darle nada, acabas de prometerle todo lo que ella desea desde el momento en que empezasteis a hablar. ¿Ahora qué, volvemos a desaparecer? No, no puedes hacerle eso, además quieres tenerla cerca. Quieres que te abrace, que te regale su sonrisa cada día, que piense en ti. Así que deja de preocuparte, deja de pensar que no la haces feliz, deja de intentar que se aleje de ti. Mírala. Está ahí, ha dejado de llorar porque la tienes en tus brazos. Es preciosa y lo da todo, ya te ha dado más que cualquiera de las tías a las que te has acercado. Te quiere con su alma, que a pesar de estar cansada no deja de luchar nunca por un abrazo más tuyo. Eres lo único que necesita para ser fuerte. Iba a irse por ti, iba a dejar su vida en otro tonto intento de que la quisieras. ¿Y tú te estás planteando dejarla sola otra vez? Deberías odiarte por pensarlo, y lo harás si las dejas marchar y nunca más vuelves a encontrarla. Si deja de estar dispuesta a darte otra oportunidad más. No Aleixo, esta vez no vas a irte, vas a quedarte. Por primera vez no vas a huir de lo que sientes. Reconócelo de una vez: la quieres y sin ella nada es lo mismo. ¿Qué estará pensando ella?¿Le gustará estar aquí conmigo, así?…”

De este modo discurrían los pensamientos de Aleixo, quien siempre supo que Oriane era la más dura guerra interior que nunca se le presentó. Tiene que elegir si se queda con ella, con las discusiones, con las cogidas de manos, con ver como todos la abrazan, con que nadie se atreva a acercarse… O irse y perder sus besos, sus ojos, su sonrisa, su forma de andar, su ponerse colorada con un beso, su sentir que se come el mundo. Y le tienta más el quedarse pero siempre termina yéndose para después volver. Se va porque tiene miedo de no quererla como ella se merece.

Ella por su parte sufría otra lucha interior: no sabe porque lo quiere si tanto daño le ha hecho. Sabe que sería lo lógico no querer saber nada de él, odiarlo. Pero lo ama, lo ama con locura. Lo quiere con el alma sin sentirse capaz de escapar de sus garras, porque al fin y al cabo ella lo ve así: como un depredador que no puede soltar a su víctima porque perdería el sustento.

“Sigo siendo la misma imbécil de siempre. Sé que se irá, que me dejará sola y sin embargo estoy aquí con la sonrisita de gilipollas, sin poder ponerme seria y mandarlo con su madre. Me prometí no volver a caer y he caído, lo reconozco. ¿Por qué habrá vuelto? Seguro que lo único que le pasa es que no ha soportado verme besando a otro, creo que no me veía capaz de hacerle eso. Encima es su amigo, pero el me dijo que me odiaba y yo tenia que rehacer mi vida. No puedo permitirme estar más tiempo atascada en una relación de amor-odio como la que él y yo hemos tenido siempre. Ha sido mucho tiempo esperándolo y ahora que empiezo a hacer algo por mi misma vuelve a aparecer, y en realidad se lo agradezco porque yo no soy lo que acaba de ver en el bar. Yo no soy una persona que hace cosas que no siente pero pensé que era la única manera de que no volviera, de encontrarme porque cuando se fue me dejó perdida en un mar de recuerdos. Ha vuelto como si no doliera, como si nada hubiese pasado, como lo hace siempre. Y yo, yo no sé que hacer. No sé como explicarle que no estoy segura de desear tenerlo a mi lado porque en el momento que se lo diga desaparecerá, y eso es algo que no voy a dejar que pase. No voy a echarlo de mi vida una vez más, se irá él solo cuando se canse de mi. Creo que voy a darle la última oportunidad, esta será la última de verdad.”

De repente Oriane se giró quedando su cara muy cerca de la de Aleixo, a quien sorprendió paseando por su sonrisa. Muy despacio, tras lo que a ellos les pareció un eternidad mirándose las bocas y los ojos de manera alternativa, el estrechó sus labios contra los de Oriane, que volvía a ser la boca más dulce que nunca nadie podrá encontrar. De echo solo Aleixo sabía hacer que ella fuese tan dulce como el algodón cuando el era tan salado…

domingo, 7 de febrero de 2010

Carta.

07.febrero.2010

Tu sitio…

¿Quieres saber donde está tu sitio?

No tienes un sitio, y no lo tienes porque cada ve que alguien empieza a organizar su vida para que tú quepas tienes que salir corriendo.

¿Por qué tienes tanto miedo a que te cojan cariño, por qué no eres capaz de dejar que te quieran en su vida?

Pero siempre, siempre acabaremos huyendo alguno de los dos. Pero yo no huyo pensando en ti, huyo porque se que te arrepentirás como cada vez.. Y tú huyes con la pobre excusa de no querer hacerme daño, ya me haces daño. Estés cerca o lejos me haces daño entrando y saliendo como si no pasara nada ..

Que no puedo creerte, lo siento. No puedo creer que no quieras hacerme daño pues es lo que siempre haces. ¿Para qué decirme que te gusta verme sonreír si a los dos días vas a hacer que las lágrimas mas amargas del mundo invadan mi cara provocando un fuerte dolor en mis ojos?

Ojala. Ojala solo me dolieran los ojos cuando lloro por tu culpa. Me duele mucho más, me duele el alma, y yo no creo en eso. Me duele quererte, y es normal que me duela porque a pesar de que se que me has mentido mil veces sigo creyéndote.

Porque tu sitio podría haber estado perfectamente a mi lado, o entre mis piernas pero no. No quisiste dejarte llevar por los sentimientos tras exigirme que siguiera a mi corazón. ¿Sabes? Quisiera no haber seguido a mi corazón, quisiera que solo él se hubiese estrellado contra el suelo mil y una vez a tu antojo. Ojala él si y yo no.

Me encantaría no haberme dejado pisotear y escupir por ti como lo he hecho.

Y ahora ¿qué?

¿Se supone que si ahora vuelves como me prometiste tengo que volver a creerte? Sea así o no, lo haré. Te creeré. Me gusta creerte, me gusta de verdad pensar que me quieres, que te importo, que te gusta verme sonreir, que te gustan mis pechos. Si fuera cierto, si no solo fuera algo que te gusta decir porque sabes que luego lloraré, porque sabes que echaré de menos esas palabras. Si solo fuera verdad que no te quieres en mi vida. Pero se que no es así; ni me quieres fuera de tu vida, ni lo dices por herirme, ni siquiera deseas que te eche de menos.

Me quieres. Lo sé. No me preguntes porqué pero tengo eso en mi… no sé, algo me lo dice.

Y yo te quiero, lo sabes. Lo sabes porque no me canso de demostrarlo, porque siempre te lo he dicho sin importarme nada.

Oriane.

jueves, 4 de febrero de 2010

Volar.

La pequeña Oriane, que ya corría camino de los veinte años, decidió una mañana echar a volar. Por fin, iba siendo hora de que se quitara las cadenas con las que un día gustosamente permitió que la dejaran cautiva de una mirada; mirada que solo recibió al soslayo.
Ya Oriane no espera que nadie la mire y es cuando más la miran -sí, aunque intentes que no se no se te que miras mi foto cada día al despertar y antes de irte a dormir- . Puede volar, de hecho esta volando por encima de todo aquello que la mantuvo a tres palmos del suelo durante tanto tiempo. Y le hace gracia ver como siguen viéndola como la persona más vulnerable sobre la faz de la tierra cuando ni siquiera pueden tocarla.
Ahí va, esta volando y se siente bien haciéndolo. Siempre soñó con ser un pájaro, ya sebes eso de tener alas le llamaba mucho la atención y se ha dado cuenta tarde -pero se ha dado cuenta, que es lo importante- de que no son necesarias para poder volar.
-Vas a estrellarte, como lo hice yo.
-Es mi elección, si me estrello al menos habré intentado volar.
-Pero por mucho que vueles sabes que voy a ir corriendo bajo tu vuelo.
-Pero volando puedo llegar donde tus piernas no pueden. Además te he dejado abajo.
-Crees que vas a aguantar mucho volando sin tener mi mirada.
-Estoy segura de que voy a aguantar mucho, eres tú quien no quiere mirarme ahora no me digas nada por salir de esa cárcel en la que cumplí la condena que yo misma me impuse durante estos años. He cumplido mi castigo, ahora me merezco ser libre.
-Nunca serás libre, sabes que eres mía.
-Me hace gracia que digas eso cuando te dejé bien claro que yo nunca había sido ni seré tuya. Soy mi entiéndelo. Además, ¿Qué hago perdiendo el tiempo con alguien que no puede ser sincero consigo mismo?

Y Oriane siguió su vuelo mientras alguien corría sin aliento ya; de pronto se escucho como decía: “Ya ni siquiera tú puedes pararme.”

miércoles, 27 de enero de 2010

Hoy todo acaba.

"No me digas que me quieres, no me lo digas nunca más. Te lo suplico."

No quiero oirte decir un te quiero más a mi persona. No quiero que me mientas más, o que le mientas a ella. No, es a mi a quien mientes; ¿Por qué ibas a mentirle a ella, si soy yo la que cree siempre lo que le dices?
Pero ahora tienes todo lo querias, ¿no es asi?
Tienes a alguién que satisface tu sexualidad y a mi lejos. Querías que me alejara y ahora estoy más lejos de lo que puedas imaginar. Más lejos de lo que nunca estuve de ti.
Me resulta extremadamente raro estar sin ti sin que me invada la tristeza que viene a veces, incluso cuando se supone que estamos bien-ahora que lo pienso creo que nunca hemos estado bien-.
Y aunque siempre te entendi, o lo intente, ya no lo hago. Ni siquiera intento entenderte, no puedo entenderte si no te creo.¿Pero por qué iba a creerte, si nunca me dijiste las cosas como son?
¡Qué estúpida fui al creerte una sola palabra!...

Una vez más, desconcierto.

-¿Otra vez vas a llorar?
*LLorar, ¿Por qué? ¿Acaso se merece siquiera que yo lo reuerde? No, no voy a dejar escapar ni una lágrima más por él.
Yo necesito mucho más que palabras, no me vasta que me diga te quiero y luego le diga eso a ella. Sé que está mintiendo a una de las dos y seguro que soy yo la que no importa en su vida.
Qué me he cansado de hacer el imbécil una vez má, de creerlo y darle siempre otra oportunidad...¿Y todo por mantenerlo cerca? Si el realmente quisiera estar cerca de mi no me haría todo esto; y lo más gracioso es que volverá a decirme que no quiere hacerme daño.
Pues si no quiere va bastante mal, sabe cual es la forma rápida de acabar con todo esto pero no lo hace, y yo no lo hago porque no soy capaz, porque a pesar de todo supongo que lo quiero. ¿Por qué coño me enamoré de él? ¿Por qué?...
Que no, que solo soy un juguete más como yo le dije y encima se sintió ofendido.
Es que me miro y me doy pena. Pena porque siempre he hecho lo que el quería, y sé que seguiré estando cerca...
¿Ahora quedan claro los motivos de el por qué de mi estúpida?
-No, ahora queda claro que te enamoraste del mayor gilipollas que se cruzó en tu vida.



Creo que es el momento de que me digas algo...pero no lo harás. Como siempre...Y todo porque sabes que seguiré perdonándote, pero un día me valoraré más que a ti.

jueves, 21 de enero de 2010

Que más da...

Si por mucho que lo intente nunca conseguiré sacarte de mi...Me seguirás doliendo.
Tal vez debería creer a quien dice que quieres destruirme...Bah! No puedo pensar eso de ti. Es más bonito pensar que no quieres hacerme daño y por eso es un vaiven nuestra amistad.
Y que más me da a mi si en el fondo no puedes evitarlo porque es asi, eres asi. Somos asi.

Y aqui estoy, intentando que seas a mi lo que yo soy a ti. Como se puede observar mi objetivo se giró a ti. Ya no quiero que me quieras, ni siquiera lo intentes porque lo que ahora pretendo es que seas tan...no sé.

No sé qué soy para ti, por mucho que se suponga que ya se la verdad. Esa no era la verdad, estoy segura. Si esa fuera la verdad, si solamente quisieras que esa fuera la verdad...

Pero es divertido, fue divertido el día en que me dijiste la verdad que querias que yo creyera, y que por supuesto crei...¿Cómo no iba a creerte?
Era lo único que quería y no sé si me lo diste.

martes, 19 de enero de 2010

Desepero en tu ausencia...

Pero me callo, o me callaba hasta hace media hora...
Y la verdad es que ahora no sé como me siento, estoy contenta de haberlo hablado como es devido pero triste de que no vaya a ninguna parte...
Pero es que yo no puedo, entiendeme. No eres un amigo, y sería genial que lo fueras. No eres un amigo, no puedo verte como tal..

Ellas...

A pesar que tanto Oriane como Paula tenian mucho que estudiar se vieron.
Fueron a dar una vuelta y comieron. Paula consiguió animar a Oriane, aunque la radio pareciera querer hundir a Oriane en lo más profundo de su alma sin dejarla volver a salir a causa del peso de la ausencia de Aleixo.
Paula, aunque tampoco se encontraba muy bien lo hizo por Oriane.
¿Cuántas veces ha demostrado el amor que tiene Paula a Oriane? Esas ocasiones empiezan a ser innumerables. Paula siempre esta para ella...

-Es que lo echo de menos.
-Eso es que tienes las hormonas revueltas. No estés mal por él, ya te dije que a todas nos toca un cabrón en nuestras vidas; y a ti te ha tocado Aleixo.
-Pero yo lo quiero.
-Oriane, no tiene sentido. Siempre ha jugado contigo.

Se quedaron calladas durante unos segundos que parecieron eternos. Escuchando la música que resonaba en el recinto. Paula entendía que Oriane no podía controlar quererlo; y Oriane reconocía que Paula tenía razón.
Durante esos segundos solo se escuchaba el crujir de las patatas fritas en sus bocas...

-Voy a mandarle un sms diciendole que estoy engordando por su culpa.-Dijo Oriane con un tono burlón pero en el que Paula pudo detectar sus ganas de enviarselo realmente.
-No, no vas a decirle nada. Además no estás engordando por su culpa sino por la mía, soy yo la que te ha traido a comer.-Comento Paula pretendiendo que Oriane sonriera, y lo consiguió.

Paula no puede ni imaginar lo feliz que se siente Oriane de tenerla cerca, ni lo agradecida que está porque siempre le aguante sus mal estares causados por Aleixo. Porque Paula no lo desmembra como hacen todas las demás, puede que Paula sea la única que entiende cuanto le duele a Oriane que hablen mal de él.

Son tantas las veces en las que Oriane se ha apoyado en Paula que empieza a desesperar buscando como agradecerlo.

Ellas, Paula y Oriane se quieren. No cabe duda que desde siempre supieron que podían hablarse sin tapujos.
Ellas, a Paula y Oriane le quedan aun muchas cosas que compartir.
Son ellas.

Es solo algo...

18. Enero.2010


Porque es muy probable que las cosas no se hagan como yo las hice. Pero es que joder Aleixo me jodió mucho lo de Estefanía, bueno más que joderme me dolió, me dolió que me dijeras te quiero y lo olvidaras tan pronto pero supongo que la culpa es mía también No puedo culparte solo a ti. Nunca he podido y supongo que sé asumir mi parte de responsabilidad de la situación pero aun no se que feo te hice. Sea cual sea lo siento.
¿Ves? Esto es lo que me dura a mi estar sin ti … Y mi solución a todo siempre es huir …
Y espero que algún día seamos amigos sin más. Con lo que sabes de mi podría ser genial tenerte de amigo, sin pedir nada más. Pero yo no puedo ser así contigo porque nunca fuimos amigos sin más. Al menos no por mi parte, siempre te di más que aun simple amigo pero tal vez no lo vieras. Y probablemente me dieras cosas que no vi, puedo estar tan ciega a veces.
Pero qué más da ya es cosa del pasado, aunque a veces me guste traerte de vuelta.
Y sé que no tengo derecho a pedirte que me dejes entrar en tu vida de ninguno de los modos pero quiero, quiero entrar en tu vida pero que las cosas sean diferentes. Hay tantas cosas que cambiaría, no imaginas cuantas.
Que a pesar de todo no puedo olvidar todo lo que sé en una semana. Pero lo voy a hacer porque lo he hecho más veces, no contigo pero si he olvidado muchas cosas que no me aportaban lo que yo esperaba que me dieran.
¿Pero no verdad? Tú no podías decirme la verdad, no podías decirme: “No Oriane, no te ilusiones. Solo es un juego.”. Joder que es que yo estaba viendo las cosas como no eran(muy posible) pero tú estabas viéndome a mi …
¿En qué momento se te ocurrió decirme te quiero, y por qué? Y a mí. ¿En qué momento se me paso por la mente creerte? Bueno supongo que los te quiero no se dicen así porque sí y quizá en algún momento fue cierto, solo que yo no se muy bien cual fue ese momento.
Espero que no tomes esto como un reproche, puesto que no lo es. Es solo que necesitaba desahogarme y cómo si voy a alguna amiga acabará desmembrándote… No me apetece discutir sobre qué tipo de persona eres.
Puede que nunca llegue a enviarte esto, o que si lo hago sea mucho tiempo después de haberlo escrito. Pero es que te echo de menos. Y es en momentos como estos en los que me siento más y más segura de que me quieres a ratos. Ya sabes cuando no hay nada mejor que la tonta Oriane. Y esta vez llego Estefanía, que no dudo que sea una tía de puta madre pero no sabes cuánto la odio, las ganas que tengo de verla y reventarle la cara a patadas (sé que luego no haré nada pero es lo que me apetece). La odio porque me ha hecho separarme de ti por completo, me ha despojado de la parte de mí que me daba fuerza dejándome vulnerable ante una sociedad cruel. ¿Y qué hago? Huyo, me refugio en la biblioteca apartándome de todas las personas que formaban mi vida. No por completo pero si estoy muy lejos de todos … Ha decir verdad me siento perdida, no sé hacia donde va mi vida y tampoco estoy segura de adonde quiero que vaya …
Pero de algo estoy segura y es que volveré a encontrarte, o me encontrarás tú y tal vez quiera volver a agarrarme a un futuro incierto pero cerca de ti. Pero ahora no sé, no sé qué espero de ti, porque esperaba que al menos no me dejaras desaparecer sin más y lo has hecho. Has dejado que me vaya sin intentar hacerme ver que te importo un poco, aunque fuese el poco más insignificante de tu corazón pero no fue así. Por favor respóndeme a una pregunta; ¿Te importo o alguna vez lo hice?
Y tal vez sea la forma más absurda que has leído de petición de amistad, pero son los verdaderos motivos de porque te lo mando.
Ahora bien si no la aceptas yo lo asumiré de una vez por todas y dejare de hacer el ridículo, dejaré de ser una egoísta que no quiere compartirte y dejaré todo y cuanto me mantenga unida a ti.
Pero en un resquicio de mi alma seguiré con la esperanza de que un día seamos capaces de ser amigos y no discutir por cada tontería que pasa. Porque al fin y al cabo tú eras libre de besar a quien quisieras solo que yo quería que me besaras a mi …
Un beso.

domingo, 17 de enero de 2010

Otra vez..

*He aguantado.
-¿Cuánto una semana? Eso no es aguantar y lo sabes. Eso es lo de siempre.
*Pero es que...me guste o no lo quiero y no puedo olvidarlo así. Sé que es la persona que más ha jugado conmigo, pero en cierto modo yo le he permitdo.
-Lo permites porque eres estúpida.
*No, ya no lo permito.
-Sí lo permites...Sabes que acabarás llamandolo dentro de dos semanas.
*¡No! Tengo que ser fuerte. Me ha mentido, otra vez...No quiero eso para mi nunca más...
-¿Estás insinuando que te quieres?
*Quién sabe...


Y hoy vuelvo a echarlo de menos pero sin una sola lágrima cerca de mis ojos. Lo echo de menos pero sin ilusión de que vuelva y sin sentirme culpable.

viernes, 15 de enero de 2010

Porque siempre que te digo que estaré para lo que necesites lo que realmente quiero decir es quedate conmigo.

Cuando te pido que te alejes de mi vida en realidad significa quiereme.

Si digo que puedes no quiero que vuelvas es que no quiero que te marches.

En no me tendrás más lo que digo es no me dejes salir.

Pero todo eso a ti no te importa: te alejas, no dejas de jugar conmigo, te vas con ella y me dejas salir sin importatrte nada...

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...