lunes, 29 de noviembre de 2010

Sorpresa.

A pesar de que no tiene sentido que haga esto, lo hago. Porque me gusta, porque me apetece..por lo que sea, no tengo que explicárselo a nadie. Es mi cuento, es mi forma de no dejar las cosas buenas que quedan en mi.
Y es que es algo para ti, es un rato mio que dedico a pensar en todo lo que hemos vivido.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Denis.

Denis es un chico que siempre vivió en el barrio de Oriane, pero por desgracia ellos no se conocieron hasta dos meses antes de que él tuviese que irse a Cantabria a trabajar como fontanero.

Siempre tiene aspecto desaliñado, pero en realidad da a su imagen el mismo tiempo que Oriane; que no es poco. Se autodefine como feo, pero si le preguntas a ella te dirá que es el más lindo que conoce; es su moreno.

Físicamente es común: alto, pelo rizado que se sujeta a un cintillo, para dejar que sus ojos verdes puedan mirar a Oriane y decirle lo buena que está, tiene una bonita sonrisa que el acero parte en dos. Sonrisa, eso es lo que provoca en Oriane cuando piensa en él, cuando discuten sobre sus aspectos, o cuando, simplemente, hablan mientras pasan la tarde ante una pantalla azul.

Pensaba en Oriane como alguien ideal, del mismo modo que ella en él. Sabía que Oriane no era una niña típica pegajosa, y tal vez fuese eso lo que la hacía tan especial para él; eso y que era como un caramelo que alguien le daba y le quitaba constantemente.

Le gustaba la fiesta con su gente, viajar y las serpientes. Lo mejor de las fiestas en su sitio era que sabía que en cualquier momento aparecería ella, con un vestido que enseñara casi toda su pierna pero nada de su escote, y que los tacones a juegos saldrían a correr en busca de un abrazo que por supuesto encontraría en aquellos desaliñados ojos verdes.

Tenían cosas solo de ellos: tenían "Morena mía", a los canis del barrio, discusiones tontas abrazos porque sí, vídeo-llamadas cada tarde, tenían que casarse,, tenían quererse (aunque tal vez no e quisieran del mismo modo), tenían lavar el coche juntos, una pelea pendiente, que visitarse, paseos por el centro, tenían horarios incompatibles que compatibilizaban. Pero sobre todas las cosas, lo dos tenían la ilusión de ser viejos y seguir teniendo todo aquello.

Denis no es como los demás tíos que Oriane conoce, él la veía como mucho más que alguien con quien pasar la noche. Para él ella merecía más que nadie que la quisieran. Él creía que Oriane nunca se daría cuenta de lo que siente por ella,, pero tal vez su morena ya lo supiese y no le dice nada por miedo a perderle...

A los ojos de Oriane él tampoco era como los demás; Denis era el único que ella sentía capaz de hacerla feliz, pero no podía decírselo a nadie, ni tampoco podía pedirle que lo intentara porque no se sentía con fuerzas de dejarse querer y dar algo a cambio de toda la felicidad que le aportaría tenerlo a su lado.

Y es que es normal que a Orine le encante estar con Denis, porque es como si todos sus problemas no existieran y solo estuviesen ellos dos en el mundo.

Cantabria. (Final)

-Te echo de menos, cariño-Dijo Oriane tras dar un abrazo, de al menos un minuto, sin haber dicho nada.
-Ahora no es el momento de echar de menos-Contestó Denis sonriendo mientras la abrazaba de nuevo.
-Fuuúh, pero te veo un rato y ya...Joé! Que yo quiero que te quedes conmigo, aquí o allí, pero conmigo.
-¿Crees que yo no prefiero tenerte aquí? Sabes que me ha encantado está semana  aunque algunas cosas...Pero bueno, eso no importa. Porque yo lo entiendo, Oriane, por eso no te he dicho nada y ni siquiera me he enfadado.
-Yo...yo, si hubiese estado bien no lo habría hecho...Yo...-Denis la cortó antes de que ella pudiese sentirse peor.
-He dicho que no pasa nada, de verdad. No le des más vueltas.

Oriane, con las mismas lágrimas que cuando era él quien se iba, lo abrazó de nuevo. Fue entonces cuando Aleixo, que estaba sentado en un banco de la estación, se levantó y con cara de pocos amigos se acercó a ellos.

-Al final perderemos el autobús con la tontería.

Oriane se giró dedicándole una mueca nada agradable, que le hizo entender que estaba fuera de lugar la aspereza con la que había pronunciado las palabras.

-Aleixo tiene razón, cielo. Coje el autobú que como te quedes más tiempo la gente pensará que te tengo secuestrada o algo así.
-Te llamo cuando llegue, ¿vale?
-Dame un toque y yo te llamo.

Aleixo le dio la mano a modo de despedida con algo de arrogancia., Oriane por su parte lo abrazó fuerte y le dijo bajito: "Te quiero".

Denis se quedó en el andén hasta que el aautobús se alejo de él, y también Oriane; su morena. Cuando se giró algo sonó en su bolsillo: "Volveré pronto, te lo prometo" era un mensaje de Oriane, seguido de las amenazantes palabras de Aleixo "Déjala en paz, es mía."

Cantabria. (Parte III)

Sin decir nada más Oriane salió de la casa y Aleixo la siguió. Fueron a comprar comida para Oriane y después a la playa; ella quería ir Aleixo pretendía conseguir de ella todo cuanto quisiese, como había hecho hasta ahora.
Tras una hora y media de paseo por la playa gris y solitaria, Oriane decidió que le daba pena ver como al que siempre iba a querer por mucho que le disgustara estaba pasando frío.
Una vez en casa ella se puso a pasar apuntes a limpio, y a pesar de haberse ido para estar lejos de su vida no pudo evitar conectarse a internet y mandarle mensajes a sus amigos, que le contestarían en cuanto lo vieran. Él se puso a ver la televisión, como un gran hombre de casa. Pasado un rato Oriane descubrió que él  no iba a arreglar nada de la casa, de modo que comenzó a recoger y limpiar. La verdad es que le quedó muy bien.
Cuando quiso darse cuenta era la hora de que Denis volviera a casa del trabajo, y a decir verdad se dio cuenta porque entró en el momento que ella se disponía a hacer la comida. Como es propio de ella fue corriendo a darle un abrazo, él le respondió al abrazo sin ningún tipo de reproche.
Oriane se pasó los días estudiando hasta que llegaba Denis, ignorando cada vez que Aleixo le pedía un beso, intentando que su corazón no se acelerara cuando él la abrazaba...Ella había ido hasta allí para estar con Denis y se había encontrado con tener que esquivar a Aleixo cada hora del día, soportando la discusión de cada noche porque ella dormía con Denis y no con él.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Cantabria. (Parte II)

Oriane se hizo el desayuno: tostadas con mermelada de arándanos y un capuchino. Y justo cuando metió las cosas en el lavavajillas Aleixo apareció agarrándose a su cintura y besando su cuello, bruscamente ella deshizo el nudo que jalaba de su cuerpo con dulzura.

-¿Vas a decirme qué te pasa o no?
-Que esto no es normal, y que así es como yo soy. No puedo dejar que me quieran, no puedo depender de un tío. Yo no soy cariñosa.
-Sí lo eres. No lo serás como pareja porque como amiga cualquiera se libra de tus achuchones espontáneos.
-Pero las personas cambiamos según el contexto.
-Ah...¿Y cuál es el contexto ahora?
-Para mí eres un extraño, hace tiempo que empecé a creer que no te conozco; y te lo dije. Te dije que no te conocía y que no era justo, porque tú siempre has sabido de mi cuanto has querido.
-Me conoces más de lo que piensas...Seguro que si te preguntan sobre mí sabes contestar a cualquier cosa.
-Pero ¿por qué no entiendes que esto no es natural, qué lo natural es que nos peleemos y no hablemos?
-Porque lo natural entre dos personas que se quieren es esto.
-...Yo no veo a dos personas que se quieran...Veo a dos personas que quieren ser más fuerte que el destino.
-¿No me quieres?
-Te quiero, pero por costumbre. Y tú ahora me quieres porque yo empiezo a rehacer mi vida, porque empiezo a querer a otras personas.
-Eso no es verdad...no quieres a Denis...
-A quién yo quiera o no, depende de la vida...Y la verdad es que la he cagado dejando que esto pasara...
-¿Quieres que me vaya?
-Yo no he dicho eso...Es tú amigo también y no tienes que irte porque haya pasado algo que no debería...
-No he venido por él, Oriane,, y lo sabes.
-...Pues deberías pensar más en tus amigos y un poco menos en follar.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Enredo.

Corría el otoño de sus veinte años cuando sin ni siquiera esperarlo Oriane se vio envuelta en una historia paralela a lo que tenía con Aleixo, es decir paralela a algo discontinuo. Esa historia paralela era Faicán, que de nuevo la deseaba(aunque tal vez debiera decir, todavía.).

Ella estaba sentada en el sofá de la habitación que había dispuesto para relajarse, leyendo "Cómo trizar el corazón de tu madre", cuando el desagradable ruido del portero la sacó de su mundo. A regañadientes se decidió a responder, ya era la cuarta vez que apretaban ese botón plateado que no dejaba a su perro dejar de ladrar a quien fuese que estuviese en la puerta.

-¿Quién es?-Dijo con voz ronca, mostrando su disgusto por tener que dejar lo que la hacía feliz.
-Adivínalo.- Claro que iba a adivinarlo, esa voz solo podía ser de una persona. Faicán.
-¿Qué haces aquí?¿Quieres pasar? Entra.-Ni siquiera ella entendía porqué se había puesto tan nerviosa. Pulsó el interruptor para que Faicán pudiese entrar en su casa, tal vez rara para quien entraba por primera vez.

Oriane volvió a la habitación de una pared de cristal que daba al campo y se sentó tapándose el frió con una suave manta, escuchó como los pasos tímidos de Faicán paseaban por la casa en busca de su sonrisa. Al fin encontró el tesoro que andaba buscando, y como si de un cristal o una porcelana se tratara acarició la cara de quien no veía desde 5 meses atrás.

-Estás preciosa- dijo después de mirarla durante los 30 segundos en los que su corazón se había acelerado con más rapidez que con cualquier otra persona.
-No creo que haya cambiado mucho en este tiempo sin verte, pero gracias de todos modos.-Oriane intentaba que no se notase cuando deseaba que dejase de hablar y la dejara morder su piercing,
-Bueno, antes llevabas el flequillo al lado y ahora lo llevas recto: es un cambio. La última vez que te vi me quedé con más ganas de las que suelo tener de ti.
-Al final el estado terminará por prohibirme-respondió dando un tonto golpecito en el hombro al hombre que tenía frente a ella y que cada vez la ponía más nerviosa.-¿Cómo sabías donde vivo?
-Me lo dijiste la noche que nos conocimos, la misma que me diste tu teléfono aunque no me llamaste nunca.
-Nunca fui muy de llamar a nadie, pero sabes que no han faltado ganas de verte.

Los dos sonrieron a la vez y dejaron de decir cosas que el otro ya sabía, para dejar que sus cuerpos se acercaran poco a poco.
Todo comenzó realmente cuando el mordió su cuello subiendo hasta el lóbulo de su oreja, algo a lo que sabía que Oriane no podía resistirse. Oriane dejo caer la manta a sus tobillos, pues ya no tenía frío; y se dispuso a llevar a Faicán hasta el sofá de la habitación mientras le quitaba la camiseta. Después de que Faicán estuviese cómodo Oriane se sentó encima y sus besos bajaban poco a poco por el torso de Faicán que se encogía con más frecuencia cuanto más se acercaba la depredadora boca al principio de su pantalón.
Mientras Oriane desabrochaba la cremallera de su visita, este empezaba a deslizar las tirantas del violáceo vestido de Oriane que caería al suelo al empujarlo suavemente por sus caderas cuando se tumbase sobre él: algo que no tardó en suceder.
Cuando quisieron darse cuenta estaban moviéndose al mismo compás, pero a distinta altura. Aunque había un equipo de música en la sala, la única banda sonora que tenía aquel momento eran gemidos de distintas voces.

Faicán

Faicán era un año menor que Oriane, y con apenas sus diecinueve años había hecho sonreír a Oriane multitud de veces.

Es un chico alto, delgado y que siempre tiene una sonrisa y un piercing en la lengua para ella.

Se conocieron el 10 de julio de 2009 en una fiesta en la playa. A pesar de ser un "modernito" Oriane no tuvo problemas en dejar que sus bocas se encontraran aquella noche.
No es como Lucas, al menos no es tan soñador como él. Y mucho menos como Aleixo o Denis quien siempre la cuidaba. No, Faicán es mucho más directo; sabe lo que quiere de Oriane y que a ella no le disgusta la idea.

Faicán es un rapero-modernito, o eso dice Oriane que es, al que le gusta rodearse de niñas y demostrar que puede conseguir a la que quiera con un rato de conversación...Claro que Oriane ya sabe por donde va cuando le habla, pero sabe que nunca dejarían de decirse estupideces por msn. Es del mismo barrio que Oriane, aunque nunca se han visto por la zona.

Bien, puede que nunca haya pasado pero Oriane sabe que podría encapricharse de Faicán y creo que es porque siempre la hace sonreír e intenta convencerla de lo guapa que es a su parecer.
Faicán ama la fiesta como Oriane soñar, y mientras ella se sumerge en sus propias fantasías él organiza eventos en los que demostrar que sus frases son las mejores, creo que lo llaman "batalla de gallos", aunque ya quisieran muchos tener el valor de un gallo.
Si algo destacaría Oriane de él, es su voz. Para que engañarse, tiene su maqueta por poder escuchar cuando quiera el sonido de esa voz que la hace recordar el verano más grande y especial de su vida; una voz que la relaja pero también la enerva.


Sé que un día serán amigos sin decirse guarradas, o serán amantes que no se cuenten sus problemas: el tiempo dará la solución. Algo que si es seguro es que Oriane acabará arrancándole el pendiente cuando no aguante más...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Cantabria. (Parte I)

Oriane decidió de una vez por toda irse a pasar un fin de semana a casa de su amigo Denis, pero al llegar a Cantabria algo la hizo querer volver a casa: Aleixo.
Sí, él también conoce a Denis pero Oriane nunca pensó que iría a verlo. Pero allí estaban, los dos en casa de Denis y solo dos camas...
Disposición para dormir difícil; Aleixo no podía dormir en el sofá por problemas de espalda, y Denis no pensaba dejar que Oriane durmiera en el salón...
-No importa, Denis. Podemos dormir juntos tú y yo, si no te importa.
-No, claro que no me importa pero yo tengo que levantarme a las seis para ir a trabajar.
-Entonces que duerma conmigo.-concluyó Aleixo.

Esa noche estuvieron viendo la televisión hasta tarde, y jugando a "ocalimocho". Lo último que Oriane recuerda es reírse, reírse mucho con Denis y con Aleixo.
A las doce de la mañana siguiente una dulce melodía que decía "sueña que no existen fronteras, ni amor sin barreras..." rompió el silencio de la casa. Era el móvil de Oriane.
-¡Coño, mi teléfono!-saltó de la cama y tan pronto como descubrió su tímida desnudez cogió del suelo su camisón y se lo puso. No le dio tiempo de descolgar.
Al darse la vuelta para coger la ropa e irse a la ducha algo le hizo saltar del susto.
-¿No me das un beso?-Oriane se giró y respondió con una mueca. Salió de la habitación y cuando llegó al salón con su radiante sonrisa, sonrisa que solo le provocaba un buen polvo, se encontró con Aleixo aun en calzoncillos. Este se levantó del sofá dejando la magdalena a medias y fue al encuentro del ruido de tacones que hacían sus botas marrones. La besó.
-¿Pero a qué viene todo esto?
-Bueno parece que anoche se esfumó la tensión entre nosotros...
-Anoche era anoche, Aleixo. Supiste aprovechar que había bebido algo más de la cuenta y yo dejé que todo pasara. La culpa es de los dos pero no puedes creer que ahora todo será perfecto.
-Yo quiero que sea así.
-Puedes querer lo que sea, pero la realidad no es así...No voy a negar que me ha gustado, porque sería mentir deliberadamente...
-Entonces, ¿dónde está el problema?
-Pues en que no puedo Aleixo, joder. Que no puedo creerme otra vez todos tus cuentos. Bueno, me voy a dar una vuelta a conocer la ciudad, tú deberías ducharte y vestirte.
-Espérame y voy contigo.- sonrió, provocando que algo se moviese dentro de Oriane.
-Tienes hasta que desayune.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Desde Oriane.

Ven y deja que derrame en tu oído todo aquello que esconden las turbias aguas de los sentimientos. Permite que por una vez sea tu animo desenfrenado quien me diga lo que pasa por un mundo tan desconocido para mi como eres tú; y cuando todo salga del fondo de la laguna donde echamos todo lo que nos da miedo.
"Te quiero."
Voy, decidida a decirte la verdad, pero de repente mis ojos se humedecen y sigo subiendo la cuesta con la mano metida en el bolsillo y reteniendo las lágrimas hasta llegar donde nadie pueda verme. Y me miras cuando crees que no te veo, pero si te veo y duele aun más.
"Te odio."
Pasas por mi lado sin siquiera sonreír, y te miro hasta que una mano agarra mi cabeza y la gira; me sonríe, me sonríe porque sabe lo que estoy pensando.
"Te lloré."
Me abrazaste, y yo no quería que lo hicieras; como cada vez que me besaste. Yo no quería porque podía ver el fin de todo aquello en tus ojos. Podía ver que lo hacías por...porque te apetecía; no es malo, yo también he hecho cosas porque me apetecían pero antes de nada me aseguraba de no lastimar a la otra persona.
Te lloré mil veces a escondidas, mi almohada fiel es testigo de que mis ojos no se cansaron de extrañarte en al menos 36 meses. Meses en los que puede perderme, encontrarme -a mí y a otras personas en mí-, meses en los que no fui la misma ni siquiera un minuto. Meses que fueron dolorosos con ratos felices a tu lado.

Esa es la magia, que te vea y sonría aunque desgarres un poco más mi pecho ya desquebrajado. Sí Aleixo, como ves por dentro todo sigue siendo lo mismo; porque no se puede cambiar lo que sientes por una persona pero si la forma en la que te afecta. ¿Qué si me sigue afectando? Claro que sí, pero ahora lo escondo mucho mejor.

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...