sábado, 28 de diciembre de 2013

Ya no llegan.

Las palabras de Oriane empezaron a quedarse dentro porque ya no tenía sentido hablar, ese momento en el que decidió que no importa nada de lo que diga. Mentira. Aun le importa, va a seguir siendo la misma persona que conoció (aunque realmente ha cambiado mucho), Su sonrisa sigue haciendo que el mundo de Oriane se pare, sus abrazos continúan reconfortándola.
Esas palabras ya no se entregan, salen sin fuerza y caen al suelo. No tienen valor para llegar hasta él, ni siquiera tienen el peso suficiente para hacerla llorar si no las dice.
Y ahora que solo somos personas que se ven de vez en cuando en un bar, ahora que no quiero volver solo digo que yo jamás te olvidaré.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Ceniza y chicle de menta.

Después de las miradas, de las caricias y de saciar las ansías que sentían el uno por el otro, él se encendió un cigarrillo y ella se metió en la boca un chicle de menta.

-Ahora entiendo porqué la menta siempre me recuerda a ti.
-A mí sigue dándome asco el sabor a ceniza...

Él sonrió mientras se vestía, mirando como ella se recostaba, aún desnuda sobre aquella roca. Oriane tenía los brazos abiertos y las piernas cruzadas.

-¿Por qué me miras así?
-Me gusta mirarte, hace que me de cuenta de que es verdad. Así, aunque no lo sea, podré recordar cada detalle.

Él se tumbo a su lado, abrazándola. Ella aprovechó para acariciar su espalda, hasta que de pronto se dio cuenta de que o se deshacía de aquel momento dulce o dejaría de poder controlar lo que siente. Hasta ese momento ella solamente se había dejado llevar, y le encantaba que él hubiese ido a tumbarse junto a ella... Sabía que no estaba bien, que en la cabeza de ambos aquello tendría repercusiones...

-Creo que deberías irte- Dijo Oriane mientras dejaba que su brazo cayese de nuevo sobre la roca. Él la miró extrañado, sabía que algo había cruzado su mente tiñendo de gris aquel paisaje de colores cálidos.
Se marchó, sin poner queja, sin ni siquiera besarla. Ella se quedó allí, sonriendo de una forma distinta. Tranquila por fuera y sintiéndose flotar. 

martes, 10 de diciembre de 2013

Cosa extraña.

"Que sus pestañas sigan acariciando mis labios", pensó y, con esa sonrisa que solo le sacaba pensar en Aleixo, lanzó la moneda a aquella fuente que una vez Sam le enseñó.
Había llegado a ese lugar sin darse cuenta, y se había sentado a mirar como el agua caía cuando ese deseo vino a su mente. Vino, aunque siempre había estado ahí; desde que ella era pequeña. Vino, porque una vez dio por perdido todo aquel apetito que sentía al ver aquella piel blanca y suave. Esa piel que en contacto con la de Oriane dejaba de ser tan fría, y esa boca que cada vez sonreía con mayor facilidad. Todo eso que había ansiado poseer durante años sin perder la fe, todo eso que al empezar a tener la asustó y la hizo huir a unos brazos que no la abrazaban de verdad.
 "Que sus pestañas sigan acariciando mis labios, porque mi voz seguirá acariciando su nombre"

lunes, 2 de diciembre de 2013

Palabras nunca dichas.

A veces me siento frente al espejo, en silencio, pensando que he malgastado mucho tiempo esperando oír cierta sucesión de palabras a la vez que trataba de deshacerme de todo mi ser emocional -cosa que jamás conseguí-. Realmente el único tiempo malgastado ha sido en el que he intentado no sentir, tratar de controlar los latidos de mi corazón y el color de mis mejillas, porque aunque nunca lo haya escuchado sí que lo he visto, sí que lo he sentido. Porque es cierto eso de que "hay cosas que se dicen con pensarlas solamente"

¿Y cuando lo escuche, qué pasará? ¿Y si no lo llego a escuchar nunca?

Sé que un día lo escucharé. Tal vez cuando ocurra ya no me importe demasiado, aún así me pararé, respiraré y sonreiré. Quizá me quede, quizá no...

Y es, que sé, que hay personas a las que les cuesta hablar ignorando que hay silencios en los que los ojos gritan... Aunque yo me muera por escucharlo de verdad, que se vayan los miedos y que alguien, en medio del barullo, me lo susurre al oído.


De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...