Wanna be..

Quiero ser normal, quiero que me de igual todo y buscar tu número en mi agenda para decirte que te echo de menos...
Quiero ser fuerte y salir corriendo...

Nuestra magia.

Hace un año no sabía que era lo que te hacía tan…diferente al resto de personas que miran mis ojos, ahora sí. Ya sé porque se me olvida todo cuando hablo contigo, porque me pongo nerviosa y me descubro sonriendo al pensar en ti. Y es que, me he dado cuenta de que, conmigo siempre sonríes, mientras yo no me rompa.

Y es que tenemos algo, es magia; siempre, pase lo que pase, acabamos como si nunca hubiese ocurrido, es como si el mundo fuera distinto si no nos tenemos el uno al otro. Magia, eso es. Es mágico que podamos pasar meses sin hablar y de repente entrar dando gritos en nuestras vidas, como entramos la primera vez. Es el encanto de poder volver atrás pero sabiendo cada vez más lo que pensamos a cada momento. Son dos corazones que siguen acelerándose por un simple abrazo, son mis ojos luchando por no decir nada y los tuyos tratando de adivinar que esconden, tu frustración por no poder leerme y mi manía de pensar que eso me hace especial, es verte luchar por mi y no poder pensar nada, es que me veas llorar gritándote todo lo que me pasa por la cabeza y que me des la mano, es mi mano esperando que la tuya la roce y tú, constantemente, refrenando tu brazo que quiere rodear mi cintura, es querer creer que somos alguien más cuando sabemos de sobra que eso no es así, es saber que no podemos pero que queremos, es ser iguales y discutir, es que de pronto algo pase dentro de mí y te pida un abrazo y que tú con dos hoyuelos en la cara me lo des, tímido. Y todo para salir corriendo y después volver. Somos tú y yo, una y otra vez, volviendo a empezar, dejando que las palabras salgan sin pensar en nada más.

Un año después.

Tengo que tragarme mis palabras, y debería llamarte para decirte que sé que no tenía razón...Porque de ser como yo pensaba no habrías estado ahí, no me habrías cogido la mano y no me habrías vuelto a llamar. Pero supongo que era normal que pensase eso...Aunque sigo sin arrepentirme de haberte dicho lo como me sentía, mantengo que no tenías que verme así.

Recorrido.

Nuestra historia, por llamarlo de alguna manera, ha cambiado tantas veces que siempre ha sido lo mismo. 

Todo, mucho, algo, poco, casi nada, nada, casi nada, poco, algo, mucho, todo, mucho, algo, poco, casi nada, nada, y ahora, casi nada. 

Y no me arrepiento de estar en este bucle, porque no estoy sola, estoy contigo aunque estemos en nada. Puede, creo que puede que aun no estorbe en tu vida, y tú en la mía tienes muchas cosas que hacer aún. Sí, tienes que seguir dándome fuerza un poco más, diciéndome cosas sinceras que nunca le dirás a otra, ponerte nervioso y que no puedas disimular en tus ojos lo que piensas. Y yo...Yo tengo que conseguir que entiendas que la gente puede quererte, tengo que seguir demostrándote que no estás haciendo las cosas tan mal. 

Y entonces, cuando los dos hayamos conseguido que el otro nos entienda, que entendamos que tenemos nuestros motivos para dejar que el itinerario siempre sea el mismo...

Y un mes...en un mes podemos estar en cualquier punto del recorrido...porque tenemos miedo.

A second.

¿Qué esperas, que vaya corriendo a abrazarte? Lo siento. Siento decepcionarte, pero no me sale. Supongo que no soy la misma...Las cosas buenas que había en mi ya te las llevaste, te las regalé una a una, cada sonrisa, cada beso, cada abrazo...En ellos te dí todo lo que tenía, y todo eso acabó en la basura.
Ahora, desde hace tiempo, ya no dudo de importarte, de que me hayas querido pero...Pero esta vez no me toca a mi luchar por tenerte a mi lado...Eres tú quien tiene que convencerme a mi de que es diferente...No tendría sentido que después de todo volviese a engañarme a mi misma diciéndome: "esta vez es diferente, es la última oportunidad, ha cambiado y tú también..." Tampoco voy a engañarme diciendo que no me afectas, porque es obvio que sí lo haces...Porque hay cosas que no cambian, pero otras sí. Y yo lo he hecho, he cambiado; no estoy orgullosa de ello, pero es algo que ha sucedido...Y créeme que tengo muchas más ganas que tú de que vuelva la Olga dulce, cariñosa que siempre encontraba algo por lo que sonreír y no de ser esta persona apática que parece no estar viva...

Dejar de sentirme sana.

Tengo ganas de eso.
De esa locura de querer que el tiempo se pare en el sudor de nuestras pieles, del jadeo en mis oidos y el placer de saber que me deseas.

Ilusión.

Salir mañana del examen y que haya alguien esperándome para darme un abrazo.

Cansada.

Parece que es cierto, y es que todos prefieren a una persona que finge ser feliz a una que se muestra con sus momentos buenos y malos.
Pronto, pronto tendréis esa niña que se inventa mil sonrisas a pesar de estar muriendo por dentro...Esa a la que todos queréis y no esta que piensa las cosas, que llora y siente como su pecho cada vez duele más....Pero es que ahora estoy cansada, cansada de reírme cuando todo anda mal...

Ahogo.

Porque hay algo que me asfixia, que me aprieta el pecho cuando pienso que se acaba. Porque hay cosas y personas contra las que no puedo hacer nada...
Y es que yo, yo nunca he servido para esto...A mi siempre me ha gustado estar sola y ahora quiero que alguien me acompañe...


Y es que no me canso de hacer el imbécil.

Consejo.

Tranquilizate preciosa, no estás haciendo nada malo.
No pienses, vive, cierra los ojos y déjate llevar.

No-vida.

Puedo gritar sin que me escuches,¿que cómo lo hago? Es sencillo, quédate parado mirando como la vida pasa, después de un año tu vida  no es lo que estas viviendo...
Y no, no puedo salir porque tengo miedo, más ahora que hay algo que me ilusiona y a lo que acabaré teniendo que renunciar...No quiero, no cabe más dolor aquí dentro, y si olvido todo el que guardo la próxima vez que me hieran acabará conmigo...
No es justo...Yo no tendría que sentirme en medio de dos mares que luchan por ganarle al otro...Yo debería poder ir a nadar a los dos, porque cada uno me aporta algo distinto.

Hace tiempo que dejé de estar viva, y ahora que volvía a estarlo me matáis sin ni siquiera saberlo.

Él.

Vale, pueda que no vaya a dejarlo todo por mi pero yo tampoco quiero eso; porque yo no estoy dispuesta a cambiar por él. Pero estoy bien así, me hace feliz. Porque me da lo que necesito, me besa, me abraza, decimos tonterías y hasta es capaz de dejarme callada con una frase más bonita de lo que espero... Y eso me gusta, porque puedo sonreír aunque no haya motivo.