miércoles, 28 de abril de 2010

Lucas.

Lucas es ese niño que siempre llamó la atención de Oriane pero que ella jamás penso poder tener.
Como todos un día se fijó en ella con el mismo objetivo que otros muchos, pero ella a Lucas no podía ponerle ninguna excusa ni impedimento porque realmente le gustaba. Le daba ilusión, además apareció en el momento exacto: cuando Aleixo desapareció definitivamente y ella decidía volver a luchar por ser feliz y tener una nueva ilusión.
Se conocieron una noche en el The Hard Irish. Y quizá fue la noche en la que más disfrutó en mucho tiempo, porque cada vez que entraba buscaba los mismos ojos tristes que nunca estaban.
Lucas no era muy guapo, ni musculoso. Pero era él. Era quien había devuelto la sonrisa a Oriane y por eso todas lo adoraban. Oriane sonreía al escuchar el móvil vibrar porque sabía que era un mensaje de Lucas, sonreía al ir a la universidad porque lo veía al despertar cada día, sonreía porque era el primero que le decía cosas tontas.
Lucas era el amigo típico, Lucas sabe escuchar y es capaz de tener conversaciones serías, pero también puede mantener una conversación absurda durante horas. Incluso durante semanas. Sus ojos reflejaban ilusión, era un brillo muy especial que nunca volví a encontrar en nadie. Sus ojos eran almendrados de un dulce color verde. Tocaba la guitarra y le gustaba cantarle al odio a las mujeres. Era un pequeño payasito, hacía lo que fuese por verla sonreír. Su sonrisa sin más provocaba en Oriane un irremediable deseo de morderle, aunque siempre era él quien acababa mordiéndole el cuello a ella. Sabe que le encanta.
Tanto ella como él se negaban a enamorarse al menos durante un tiempo y querían tiempo para ellos. Disfrutaban de la presencia del otro y hacían las cosas como le salían. Solo que cuando Lucas estaba más soso que de costumbre Oriane se sentía desdichada. Y quizá hoy era uno de esos días puesto que se han encontrado y todo ha sido…raro.
Lucas es un joven luchador e impetuoso. Tiene muchos sueños a los que aspira, y unos patrones de lo que quiere ser muy bien fijados. No quiere ser un Don Nadie. Él quiere mucho más que eso. Quiere salir de Vigo e irse por ejemplo a Barcelona y trabajar en un puesto importante. Quiere ayudar a los demás y quizá así llegó a la vida de Oriane, para ayudarla. Ayudarla a salir de el pozo en el que se había metido.
Oriane una vez le dijo que la olvidaría en poco tiempo, un periodo de dos años pero el le prometió que no lo haría, y por ahora lo está haciendo bien. Supongo que al final se cogieron cariño mutuamente, a decir verdad ella le cogió cariño muy rápidamente pues vio en aquel niño de mirada ilusoria el cielo que siempre había buscado, y pudo tener un pedacito pero se negaba a ser ella quien rompiera aquello. Ahora ese cielo ha cambiado pero para ella siempre quedará la dulzura pues él sabe que Oriane no merece que la trate como trata a las demás, ella es distinta o eso piensa Lucas.
Lucas es muy friolero y cuando pasea de la mano con Oriane provocan carcajadas en muchas de las personas que ven. Él muy abrigado y ella en tirantas como siempre. Recuerdo que Oriane me contó una anécdota del día en que se conocieron, una graciosa manera de decir que tenía frío. Algo que a ella le encanta recordar son los momentos en plazoletas y parques. Los cariños en la arena y en el instituto. Oriane sonríe al recordar el tacto de sus manos sobre su piel.
Lo mejor de todo es que, a diferencia de lo que ocurre con Aleixo, son buenos amigos cuando no hay nada más y ninguno de los dos dice nada, pues saben que siempre podran contar con el otro. La sonrisa de Lucas siempre se cruza con ella cuando está triste y la hace sentir mejor con un abrazo sincero. Sabe que ella nunca va a reprocharle nada de lo que haga porque siempre le dijo que tenía que luchar por sus sueños, que tenia que abrazarlos muy fuerte puesto son lo único que nadie puede quitarle ni matar. Sabe que siempre va a estar a su lado porque no sabe que haría si ella le faltase cuando está mal, ella siempre la escucha y le encanta que le haga preguntas tales como “¿Qué te da miedo?” o “¿Por qué se enchocha la gente?”. Él siempre le contesta gustoso porque no es algo que cualquiera pregunte, y no es algo que puedas decirle a cualquiera.


Recuerdo que una vez se distanciaron mucho, porque Oriane creyó estar enamorada de él y ambos se añoraban de una manera inmensa. En aquel momento inventé una excusa para que Oriane volviera a abrazarlo cuando lo viese.

viernes, 16 de abril de 2010

Aleixo.

Aleixo, debería ser un gran hombre ya que Oriane se enamoró de él. Pero es grande a su manera…
Él.
Él tiene 21 años y nunca le gustó estudiar así que desde muy joven trabaja en lo que le sale. Ahora trabaja en una papelería. Siempre tiene un cigarro en la boca, cuando está con ella fuma menos porque sabe que lo detesta, y le gusta verla sonreír. Es un chico arrogante, ya que su vida nunca fue fácil. Le gusta reírse de los defectos ajenos porque de este modo se siente más seguro de sí mismo. Tiene una sonrisa traviesa siempre en la cara y Oriane solo lo ha visto llorar dos veces.
El sueña con encontrar quien le quiera y no tenga miedo a envejecer a su lado. Sabe que Oriane lo ama con todo su alma pero él tiene miedo de no poder hacerla feliz. Aleixo quiere que Oriane sea quien envejezca junto a él.
Tiene miedos, muchos miedo que nunca confesará, porque con hombre debe tener valor y poder con todo. Su risa es capaz de poner nervioso a cualquiera que lo escuche, exceptuando a Oriane quién esta locamente rendida a esos momentos en los que los dos reían juntos. Sabe dar abrazos muy cálidos, a veces sus ojos brillan con ilusión y aunque siempre dice que no espera nada de nadie no puede evitar sentirse herido cuando sale fuera de la ciudad a trabajar y sus amigos no le llaman. Y cuando llega y la ve esperándolo en la estación la abraza a modo de agradecimiento, pues sabe que nada la hace más feliz que su abrazo.
A Aleixo, aunque no lo exprese, le duelen las cosas. Le duele muchísimo ver como Oriane se rompe de repente y le dice que no es importante para él, puede entender que crea que no la quiere pero no puede quedarse intacto si de verdad piensa que no le importa cuando quizá sea una de las personas sin las que estaría perdido. Si lo miras bien aprendes a ver en su rostro impasible cuando se siente decepcionado, cuando le duele algo, cuando lo estás haciendo feliz, porque aunque todos digan que siempre tiene cara de enfado sus ojos no siempre son iguales. No son dulces, la verdad que pocas veces puedes atisbar dulzura en ellos, son tristes. Son los ojos más tristes que jamás vi. Son grandes, de un bonito color miel y con unas pestañas largas que los hacen más irresistibles. Su mirada es profunda y penetrante, y cuando quiere puede transmitir todo lo que siente. Incluso a veces lo transmite sin querer, creo que es porque como nunca dice esas cosas se le escapan.
¿Qué cuando llora? Llora cuando siente lejos a su familia, es precioso que eche de menos a su familia. Llora cuando habla de sus sentimientos con Oriane, en realidad los dos han llorado hablando de lo que sienten hacia el otro. Pero es normal que lloren puesto que saben que por mucho amor que se tengan no puede ser, no puede ser porque los dos tienen miedo a perderse. Y a pesar de no poder soportar la idea de estar lejos de ella entra y sale de su vida como se le antoja. La verdad es que siempre vuelve porque la necesita, porque sin sus abrazos espontáneos y sus te quiero a destiempo la vida ya no parece tener sentido. El problema de intentar alejarla es que ella nunca se cansa de correr y que realmente no quiere que esté lejos, porque aunque una vez le dijo que podía tener al hombre que quisiera, se siente afortunado de ser el hombre que ella quiere.
Ahora están muy lejos, y no me refiero a físicamente. Pero Oriane sabe que volverán a unirse sus bocas, y que ya no tendrá que llorar abrazando su foto. Y Aleixo no puede negar que muere por verla sonreír, aunque sea a escondidas.


La verdad es que cuando vi a Aleixo y Oriane llorar juntos, y no poder si quiera darse la mano quise desordenar la tierra y volver a unirlos. Se me rompió el corazón al presenciar tal escena. Si ella es un ángel, él es un demonio; pero que importa eso si están enamorados.

Oriane.

Puede que para ti no pero para mi, para mi Oriane es todo lo que cualquier persona puede desear tener a su lado.
Ella.
Oriane es una joven de unos 20 años capaz de estudiar periodismo sin suspender una sola asignatura. Es inteligente, más de lo que yo nunca podré ser, es divertida, a su alrededor nadie puede evitar sonreír. Ella es alguien con quien el tiempo siempre es poco, con quien siempre podrás contar. La he visto cruzar Vigo sin mirar a ningún lado solo porque algún amigo empezó a derramar la primera lágrima. Es de ese tipo de personas que tiene un abrazo incluso para la persona que más daño le ha hecho. Es la única persona a quien he visto sonreír cuando la abandonan, la que se preocupa de que todos sean felices y se contenta con que una sonrisa cruce su camino cada tarde. Es valiente, nunca le faltó el valor de luchar contra las injusticias y contra sus miedos.
Oriane es delgada, pero sin llegar a lo extremo. Tiene los ojos castaños, pequeños y achinados; y posee la mirada más dulce que nunca pude imaginar, incluso cuando esta muy enfadada no pierde la dulzura ni el brillo que siempre hallas en ellos. Su pelo es lacio y le llega a la cintura. El negro de su pelo no se puede comparar con nada. Sus boca, solo puedo decir que es una perfecta curva, pintada con purpurina fucsia. Siempre tiene una palabra amable, frases que te devuelven la sonrisa. Siempre encuentra un motivo por el que seguir luchando, y sabe que no dejará de hacerlo hasta que vea sus fotos en la portada de una revista. Le encanta. Le encanta posar, le encanta verse guapa aunque necesite mil retoques de photoshop. Aunque ella no lo crea es guapa, y todos en su ciudad lo saben. Cuando ella sale todos se giran para poder ver su sonrisa, y la saludan; la admiran.
A ella le gusta ir a bailar con sus amigas, aunque no tiene todo el tiempo que quisiera para dedicarle al mundo. Cuando se agobia sale a andar por el campo, porque por suerte tiene mucho verde donde perderse al salir de casa. Hace deporte, aeróbic para ser exactos. Oriane es aquella chica que siempre usa tacones pero que nunca le duelen los pies, la que puede pasarse toda la noche bailando y corriendo por la calle sin agotarse nunca, quien es capaz de ir en chándal en noche buena y en pijama en fin de año. Y aun así nadie le dirá nada porque es ella, porque saben que por mucho que le digan no va a dolerle, no va afectarle.
Pero Oriane se enamoró de alguien que la hirió en lo más profundo de su alma, ya nunca hablan pero su amor no pierde intensidad. Es ese amor el que reparte a cada persona a quien dedica un gesto. Es ese dolor del que habla cuando intenta escribir un libro, es esos cuentos que le cuenta a sus compañeros cuando explica el Sendebar. Es ese sueño del que despiertas sonriente aunque no sepas qué ha pasado exactamente. Es la hija que nunca defraudó a sus padres y que sigue llamándolos a ver como le va a su hermana.
Tiene miedos, como todos. Le da mucho miedo salir a pasear y que nadie le preste una sonrisa. Sale a correr siempre que se tira en el césped y aparece una cochinita.
Y se ríe… Se ríe cuando se equivoca y tiene que empezar todo el trabajo desde cero. Rompe a carcajadas cuando un profesor lleva unos zapatos feos. Nada para su risa cuando descubren su manía de llevar calcetines de distintos colores. Siempre encuentra un motivo por el que, sino reír, sonreír; y es que siempre ha creído que los momentos buenos son los que cuentan al final, que la vida es breve para desperdiciarla llorando. Eso sí cuando llora… Cuando llora el mundo cae sobre quien la ve, nadie había imaginado tal llanto. Llora gritando todo lo que siempre calló, grita incluso cuando cree que esta susurrando pero luego se le pasa, y su sonrisa hace que vuelva a salir el sol.


Ella es imperfecta, claro, pero si fuese un ser perfecto yo no la admiraría, no llevaría toda mi vida buscando a esa persona que me de un motivo de sonreír.
Pero un día lloró, y yo lloré y mi perro no dejaba de ladrar.

jueves, 1 de abril de 2010

Axolotl.

Oriane salió a pasear una bonita tarde de sol. Ella sentía que tenia que darle una sorpresa pero en el camino se encontró con Aleixo y sin darse cuenta se paro en silencio delante de él. No dijo nada, solo se limitó a mirarlo.

-¿Qué piensas?
-Dime un motivo por el que me he quedado aqui mirándote, sin más.
-¿Pena?
-Puede, pero no. Creo que no es ese.
-¿Entonces?
-Supongo que el mismo de siempre.¿Y tú por qué no has seguido andando?
-Por lo mismo de siempre también.
-¿Y qué es lo mismo de siempre?
-Venga ya, lo sabes de sobra.
-Axolotl.
-Joder, tú.

Aleixo llamó a sus amigos y les dijo que no iba, Oriane descubrió que la sorpresa era para ella no para Lucas. Tenía que salir porque ella se merecía una sorpresa.

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...