domingo, 25 de mayo de 2014

Sometimes.

A veces me pierdo para buscar tu mirada sin que nadie lo note. Pero cuando la encuentro me escondo como una niña pequeña con los mofletes rojos.
Me escondo para que nadie sepa el mar de emociones que me arrastra hacia adentro, dejándome derrotada en medio de la nada. Lucho por salir, tratando de hallar un bote salvavidas que nunca llega. Y me hundo, dejando que me trague la calma que me ahoga.
De repente una voz, un ladrido, un abrazo me devuelve a la realidad. A mi realidad de noches de alcohol sin dormir. Una realidad en la que tus ojos están muy lejos, mirándome de reojos y los míos intentando no cruzarse con ese color miel... Por miedo, una vez más.
Otra vez las tardes abrazada a la almohada y las noches pegada a la botella.

martes, 20 de mayo de 2014

Fin del fin.

Aquella noche Oriane llegó a casa enfadada, aunque no tanto como otras veces. Lo que esta vez le dolía era el orgullo y el saber que era la última vez que iba a enfadarse con él.
Ella nunca había sido de las que dice se acabó y luego vuelve; es más, ella no suele poner fin a las cosas pero después de los gritos, de las palabra feas lo dijo. Estaba tumbada en el mármol del museo cuando se le acercó un amigo:

-¿Estás bien?- preguntó con el rostro serio quien siempre estaba de broma con ella.
-Ya está, para siempre. Se acabó... Nunca lo había dicho... - y se quedó mirando al techo. Su amigo la abrazó.
-El amor es una mierda- le susurró al oído.

Oriane se quedó sorprendida. ¿Cómo alguien que la conocía solo de compartir escenario podía haberse dado cuenta?

Y llegó la hora de empezar la función, con el enfado y el dolor escondido.

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...