A veces me pierdo para buscar tu mirada sin que nadie lo note. Pero cuando la encuentro me escondo como una niña pequeña con los mofletes rojos.
Me escondo para que nadie sepa el mar de emociones que me arrastra hacia adentro, dejándome derrotada en medio de la nada. Lucho por salir, tratando de hallar un bote salvavidas que nunca llega. Y me hundo, dejando que me trague la calma que me ahoga.
De repente una voz, un ladrido, un abrazo me devuelve a la realidad. A mi realidad de noches de alcohol sin dormir. Una realidad en la que tus ojos están muy lejos, mirándome de reojos y los míos intentando no cruzarse con ese color miel... Por miedo, una vez más.
Otra vez las tardes abrazada a la almohada y las noches pegada a la botella.
Me escondo para que nadie sepa el mar de emociones que me arrastra hacia adentro, dejándome derrotada en medio de la nada. Lucho por salir, tratando de hallar un bote salvavidas que nunca llega. Y me hundo, dejando que me trague la calma que me ahoga.
De repente una voz, un ladrido, un abrazo me devuelve a la realidad. A mi realidad de noches de alcohol sin dormir. Una realidad en la que tus ojos están muy lejos, mirándome de reojos y los míos intentando no cruzarse con ese color miel... Por miedo, una vez más.
Otra vez las tardes abrazada a la almohada y las noches pegada a la botella.
A mi me gusta tomar porque cuando tomo, no recuerdo quien soy.
ResponderEliminar