lunes, 1 de noviembre de 2010

Desde Oriane.

Ven y deja que derrame en tu oído todo aquello que esconden las turbias aguas de los sentimientos. Permite que por una vez sea tu animo desenfrenado quien me diga lo que pasa por un mundo tan desconocido para mi como eres tú; y cuando todo salga del fondo de la laguna donde echamos todo lo que nos da miedo.
"Te quiero."
Voy, decidida a decirte la verdad, pero de repente mis ojos se humedecen y sigo subiendo la cuesta con la mano metida en el bolsillo y reteniendo las lágrimas hasta llegar donde nadie pueda verme. Y me miras cuando crees que no te veo, pero si te veo y duele aun más.
"Te odio."
Pasas por mi lado sin siquiera sonreír, y te miro hasta que una mano agarra mi cabeza y la gira; me sonríe, me sonríe porque sabe lo que estoy pensando.
"Te lloré."
Me abrazaste, y yo no quería que lo hicieras; como cada vez que me besaste. Yo no quería porque podía ver el fin de todo aquello en tus ojos. Podía ver que lo hacías por...porque te apetecía; no es malo, yo también he hecho cosas porque me apetecían pero antes de nada me aseguraba de no lastimar a la otra persona.
Te lloré mil veces a escondidas, mi almohada fiel es testigo de que mis ojos no se cansaron de extrañarte en al menos 36 meses. Meses en los que puede perderme, encontrarme -a mí y a otras personas en mí-, meses en los que no fui la misma ni siquiera un minuto. Meses que fueron dolorosos con ratos felices a tu lado.

Esa es la magia, que te vea y sonría aunque desgarres un poco más mi pecho ya desquebrajado. Sí Aleixo, como ves por dentro todo sigue siendo lo mismo; porque no se puede cambiar lo que sientes por una persona pero si la forma en la que te afecta. ¿Qué si me sigue afectando? Claro que sí, pero ahora lo escondo mucho mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...