miércoles, 27 de enero de 2010

Una vez más, desconcierto.

-¿Otra vez vas a llorar?
*LLorar, ¿Por qué? ¿Acaso se merece siquiera que yo lo reuerde? No, no voy a dejar escapar ni una lágrima más por él.
Yo necesito mucho más que palabras, no me vasta que me diga te quiero y luego le diga eso a ella. Sé que está mintiendo a una de las dos y seguro que soy yo la que no importa en su vida.
Qué me he cansado de hacer el imbécil una vez má, de creerlo y darle siempre otra oportunidad...¿Y todo por mantenerlo cerca? Si el realmente quisiera estar cerca de mi no me haría todo esto; y lo más gracioso es que volverá a decirme que no quiere hacerme daño.
Pues si no quiere va bastante mal, sabe cual es la forma rápida de acabar con todo esto pero no lo hace, y yo no lo hago porque no soy capaz, porque a pesar de todo supongo que lo quiero. ¿Por qué coño me enamoré de él? ¿Por qué?...
Que no, que solo soy un juguete más como yo le dije y encima se sintió ofendido.
Es que me miro y me doy pena. Pena porque siempre he hecho lo que el quería, y sé que seguiré estando cerca...
¿Ahora quedan claro los motivos de el por qué de mi estúpida?
-No, ahora queda claro que te enamoraste del mayor gilipollas que se cruzó en tu vida.



Creo que es el momento de que me digas algo...pero no lo harás. Como siempre...Y todo porque sabes que seguiré perdonándote, pero un día me valoraré más que a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...