lunes, 11 de enero de 2010

Ya me ves...

-Hola.
*¿Qué haces todavía aquí?
-No te alegres tanto de verme...
*Es que no veo el motivo por el que debería alegrarme de que sigas aquí, no me apetece saber de ti; creo que te lo dejé claro ayer ¿no? Decidiste desaparecer, muy bien ahora no pretendas que siga esperándote porque no tienes nada mejor que hacer que quererme...
-Sabes que eso no es así.
*Pues podrías empezar a demostrarlo... Y no me vengas con cuentos que sé muy bien que estás conociendo a otra... Qué me he cansado.
-Veo que te has hecho fuerte de repente... Y los dos sabemos cómo acaban tus arrebatos de fuerza, sabes que volverás llorando, pidiendo que vuelva a tu vida, que estás enamorada de mi...
*Me da pena que creas que sigo enamorada de ti. ¡Qué ésta vez es verdad, no quiero más de ti! No me haces falta.
-Eso ya lo he escuchado antes...
*La diferencia está en que ahora es verdad, estoy más segura de esto que de que me respaldan todos ellos...
-Entonces lo intentaré otro día.
*Inténtalo y te aseguro que se te borrara esa sonrisa que tienes y todo lo que dices quererme no tendrá sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...