martes, 12 de enero de 2010

Lo perdido, perdido está.

Es sábado por la noche y él está en uno de los bares, en los que puedes entrar sin necesidad de ir bien vestido, con sus amigos cuando de repente se abre la puerta y entra ella, preciosa. Sí l encanta salir cada noche y que la miren; objetivo cumplido, él y su grupo al completo se ha girado y no dejan de mirarla mientras ella se dirige a la barra para empezar a beber chupitos de Tequila.

-Tío, es que es preciosa.
-Sí, no te falta razón pero recuerda que ya no puede ser tuya...
-Vaya gracias por recordarme la discusión del otro día.
-¡Es que joder! Sabes que fuiste a quién más quiso durante casi tres años...
-Bueno, pero ella es quien pierde.

Vuelven a mirarla y ven que esta riendo con el camarero que han de admitir que envidian gustarle a todas como lo hace él cuando sirve una copa.

-No veo que pierda mucho, sinceramente la veo reír mucho más a menudo que cuando te esperaba cada día.
Perdona que te lo diga pero has sido tú quien ha perdido, y mucho de hecho. Ella...
Ella es preciosa tu lo has dicho, tiene la sonrisa que hace feliz al mayor número de tíos del bar, te mira y te da toda la paz y dulzura del mundo, te coge de la mano y ya tienes más fuerza que nadie en el país, se muerde los labios y ya eres todo suyo, tiene la cara más inocente de Huelva, la cintura más perseguida de por aquí, cuando te quiso lo hizo con el alma-y nadie más lo hará, sabes que no eres el tío que mejor trata a las niñas- y unas piernas de ensueño. Tiene todo.
Todo eso que tú has perdido, admite que no supiste quererla o que te dio miedo o lo que sea que te pasase y que ahora no sabes que hacer sin ella.
Porque es ella, ella es tu ella. Ella es Olga y ahora está a kilómetros luz de ti, y lo peor es que sabes que no habrá más Olgas en tu vida, que nadie será tan paciente como para darte lo que ella daba.
Soy su amigo también, y he hablado con ella de ti cada
vez que creía perderte. Pero esta vez no. Es feliz y tiene bastante claro que no te quiere cerca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...