jueves, 10 de septiembre de 2015

Sin título.

Nunca has tenido que renunciar a nadie, porque cuando querías que cualquiera te quisiera todas estaban dispuestas a hacerlo.
¿A cuántas quisiste tú?
No pierdes porque siempre te perdonan, no importa el daño que hayas causado. Al fin y al cabo sabes, también, hacer sentir especial a alguien que no te importa una vez que sale de tu cama y todas sus variantes.
Por eso no entiendes...
No entenderás que yo renuncie a ti, y cuando descubras que lo hago no aceptarás las consecuencias.
No lo intentes, ha pasado demasiado tiempo y ya no somos lo que fuimos. A mí se me ha gastado el corazón y puede que a ti te haya crecido. Ahora solo queda una palabra, una que yo no pronunciaré pero que estará presente en este silencio que nos invadió por completo.

Ya no somos, ya no existimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...