martes, 28 de enero de 2014

Carta a Lucas.

Mi pequeño Lucas, sé que no podrás leer esto pero también que de algún modo todo esto ya lo sabes. 
Hay momentos en los que te echo de menos más que el resto del tiempo. Tú creías en mi, sabías hacer que sonriera siempre, me dabas consejos. Y ahora no queda nadie que crea que yo soy mejor, que piense que puedo vencer a todas esas lágrimas que desaparecían cuando iba a verte. Sabías cuando aparecer y dejarme sola para que creciese.
Tengo tantas formas de gritar que te echo de menos, y que te odio por irte así que no sé como hacerlo. He estado en silencio estos tres meses para poder escribirte sin rencor. 
Dueles, aquí dentro. Dueles, porque aún no se lo he dicho a nadie y no soy capaz de hablar de ti. Nos veremos, seguro que volveremos a vernos y podré darte un abrazo.
Hasta entonces tendré que conformarme con tu recuerdo.

1 comentario:

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...