sábado, 8 de febrero de 2014

Madrugadas.

Solo nos vemos de madrugada, cuando el alcohol nos inunda. En esos momentos en los que yo puedo mirarte con soberbia mientras paso por tu lado, y tú callas en el más profundo silencio esperando una palabra de mi boca. Ya sabes lo que quiero, lo que busco. Quiero que lo grites o lo susurres, pero que lo digas.
Nos quedan las miradas, cada fría madrugada nuestras miradas se cruzaran en el bar mientras, cada uno en un extremo de la barra, pedimos más alcohol. Y alguna noche, uno de los dos habrá llegado al estado etílico que hace que se acerque al otro a decirle que lo quiere. Lo diremos, y al despertar con el dolor de cabeza y volver al calor de una copa obviaremos ese momento y continuaremos sin emitir una sola palabra. Solo a mirarnos.

1 comentario:

  1. Precioso.
    Un placer encontrar tu blog.

    http://www.azucarycenizas.blogspot.com.es

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