miércoles, 5 de septiembre de 2012

Nece(si)dad

Oriane de repente no podía respirar y si dejaba de fijarse en las cosas que la rodeaban para sumergirse en sí misma las lágrimas se derramaban por su cara.
Era duro, sabía que después solo sería una extraña... Se sentía estúpida y todavía no había hecho nada. Tanta pena, le daba tanta pena saber que era cuestión de despedirse para que todo acabase, para que cuando se vieran fuese como si nunca hubieran sido importante el uno para el otro..
Ella, siempre con su manía de sonreír, de obligar a todo lo demás a quedarse detrás de su piel, con miedo a que sus ojos la traicionaran una vez más.
Necesitaba quitar todo ese dolor de su pecho, necesitaba poder hablar de ello sin emocionarse...
Era inevitable, es alguien importante... Y tal vez debería dejar de serlo, pero a Oriane no le gusta olvidar a las personas que... Que han estado en su vida.
Tenía que aceptar lo evidente: Ella ya no significaba nada, absolutamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...