jueves, 6 de septiembre de 2012

Yo pago tu olvido.

Puede que olvides mi nombre, mi olor, el brillo de mis ojos, el sonido de mi risa, el tacto de mis manos en tu piel, el sabor de mis besos, el color de mi pelo, la suavidad de mi espalda, la magia de hacer el amor conmigo... Podrás olvidarme entera; pero jamás olvidarás las sensaciones que causé.

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De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...