domingo, 9 de marzo de 2014

Quédate a dormir.

Mi sudadera aún huele a ti, y últimamente te sueño de mil maneras distintas. Será que he estado mucho tiempo sin verte. Y ahora estás aquí, en mi habitación. Duermes y yo hago el desayuno. Aún no he logrado entender porqué no querías dormir conmigo, y cuando al fin accediste me prohibiste los abrazos para dormir. Eres rara...
Te miro y parece todo irreal. Tú, después de tanto tiempo y tantos silencios, en mi cama. Dormida con mi camiseta, que quizás no recuerdes pero es la que llevaba el día que decidí acercarme a ti.
El desayuno está listo, te despertaré con cosquillas.

-Buenos días.- Has abierto los ojos mientras te reías.
-Hmmm, hola.- Todavía tu voz no es la habitual. Me gusta, sonrío.

1 comentario:

  1. Me has museado de nuevo xD:

    Mi sudadera aun huele a ti. Me encanta despertarme y gritarte cualquier tontería, tirarte al suelo para verte reír, bromear y que solo yo me ría. Ayer no teníamos desayuno, deberíamos ir a comprar algo. A veces esta rutina empalagosa hace que enloquezca, nunca me ha gustado la rutina… pero tal vez, tal vez, me acostumbre a esta.

    Pas de Prenom

    ResponderEliminar

De lobos y ovejas.

¿Cuántas noches había pasado sin poder dormir? Al menos las noches que no durmió fue por entregarse al placer, por hacer lo que le apetecía...