domingo, 22 de marzo de 2009

fuegos.

¿Fuego? ¿Realmente le temes al fuego? Yo no creo que el fuego sea..¿dañino?¿peligroso? no sé cómo lo denominas. No le temo. El fuego, propiamente dicho, puedes apagarlo si te da miedo pero puedes, como yo, adelantarte hacia él, tocarlo sin sentir su calor, jugar con fuego sin llegar a quemarte. Este es el fuego que tu temes y yo disfruto, pero ¿qué hay de ese otro fuego?¿de ese que no se ve, ese que esta dentro de mi? Ese fuego te encanta, ¿no es cierto? Sí, es bonito. Hace que tengas ilusión, que te brillen los ojos, que estés de buen humor...¡No!, no siempre es eso, ¿nunca lloraste por culpa de ese fuego?¿nunca sentiste que ese fuego no debería estar y que, sin embargo, arde con mucha fuerza, con tal fuerza que quema todo lo que hay en ti?...Yo sí. lo sentí y duele, duele hasta llorar, hasta sangrar, hasta el aire duele entonces. Por eso le temo, no quiero eso más, es algo que no olvidaré pero que no quiero revivir y sin querer traerlo a mi vida, de nuevo vuelve a dolerme al escribirlo en estas letras que hablan de estos fuegos: los que tú y yo tememos.

Tú...y tu fuego externo.
Yo...y mi fuego interno.

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